¿Refuerzos magisteriales para el terrorismo?

¿Refuerzos magisteriales para el terrorismo?

Ideele Revista Nº 218

El Ejecutivo ha presentado al Congreso un proyecto de ley para elevar a ese rango el decreto supremo de Alan García que prohíbe a los docentes que han cumplido su sentencia por terrorismo ejercer la profesión docente. En apariencia, ésta es una política que cautelaría la formación de los estudiantes y debilitaría a las fuerzas terroristas. Y, como si lo necesitara, mejoraría la imagen del Presidente como combatiente enérgico contra el terrorismo.

No voy a detenerme en el hecho de que con un simple DS García se arrogó funciones de Poder Judicial, modificó sentencias ejecutadas o en ejecución. Y, peor aún, con efecto retroactivo. Los asesores del actual Gobierno creen que elevando ese DS a rango de ley queda subsanado el daño jurídico. Lo que no se subsana es el desconocimiento que esas normas hacen del papel de la lucha política y de la educación en la derrota del terrorismo en sus raíces ideológicas, políticas y culturales. El apoyo de la Ministra de Educación a esa política y el contexto de los combates que libran las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional en el VRAE y alrededores hacen urgente el debate sobre la lucha política y educativa en esta tarea.

Primero. El supuesto no demostrado de esta política es que los sentenciados que salen libres no han cambiado su concepción y militancia en las organizaciones terroristas. ¿Qué estudios respaldan esta tesis? Probablemente los informes de inteligencia. Pero el país acaba de comprobar, una vez más, la dudosa calidad de esa inteligencia que ahora ha facilitado las emboscadas mortales en el lado cusqueño del VRAE. A falta de estudios solo han operado como fundamento las campañas mediáticas de la derecha, que en primeras planas y encuestas levantan al máximo el peligro terrorista para promover el recorte de derechos y libertades de los pueblos y militarizar regiones para sacar adelante sus proyectos de inversión y evitar nuevas derrotas políticas a su dominación. Desde su origen, entonces, estas normas son ciegas; por eso, torpes y contraproducentes, como veremos. Pero si las políticas de rehabilitación de los gobiernos han fracasado en cambiar a los sentenciados por terrorismo, el Gobierno actual tiene que decirnos cuál va a ser en adelante la política que realmente los cambie y rehabilite.

Segundo. El DS alanista y el proyecto de ley del Gobierno actual responden implícitamente que lo que las cárceles no pudieron, la educación tampoco lo podrá. Por eso se les priva de ejercer su profesión. ¿No es posible entonces cambiar a los seres humanos que incurrieron en delitos terroristas? ¿No se parece esta tesis como una gota de agua a la otra gota que formuló el teniente Hurtado como justificación para ametrallar y dinamitar a niños, mujeres y ancianos en Accomarca? Ya nacen terroristas, dijo en aquel entonces. La solución era borrarlos de la faz de la Tierra. Genocidio puro. Felizmente, el Poder Judicial está juzgando al autor de ese crimen. Lo preocupante es que el mismo prejuicio lo encontramos compartido por gente de gobiernos pasados y del presente.

Tercero. Si a los docentes sentenciados por terrorismo que salen libres se les niega su derecho al trabajo en su profesión, y si tampoco los gobiernos ponen en marcha programas de inserción productiva y los aparatos estatales los mantienen como sospechosos permanentes, la única salida que se les deja es volver a integrarse a las redes terroristas, bien de apoyo, bien en los frentes de combate como el VRAE. Por eso nos preguntamos: ¿Quiere el Gobierno enviar refuerzos magisteriales al terrorismo? La política plasmada en las normas que criticamos es, pues, ciega y contraproducente.

Cuarto. Porque, además, niega la tesis de que al terrorismo se lo combate en varios frentes. Uno es el terreno militar y policial. Otro, y el principal en que podemos y debemos participar todos los ciudadanos, el de la lucha política en sus facetas ideológica, cultural y de organización social. Si no derrotamos a las organizaciones terroristas en estos terrenos, siempre podrán reclutar jóvenes para su frente militar. Es un déficit de décadas que explica la sobrevivencia de estos remanentes. Los gobiernos pasados y sus partidos no lo podían hacer por su identificación con el orden oligárquico neoliberal. Las fuerzas democráticas, y particularmente los socialistas, no lo hicimos con la amplitud y contundencia necesarias porque la crítica al núcleo de ideas economicistas violentistas no llegó al fondo. Habiendo participado en la movilización de los trabajadores y de los pueblos indígenas que ha llevado a Ollanta Humala a la Presidencia, nos compete llevar la lucha política al fondo mismo del núcleo de ideas que alimentan al terrorismo y disputarle los sectores sociales donde influye. Por eso rechazamos la tesis de que la lucha militar es la principal —si no la única— para eliminar el terrorismo.

Si a los docentes sentenciados por terrorismo que salen libres se les niega su derecho al trabajo en su profesión y los aparatos estatales los mantienen como sospechosos permanentes, la única salida que se les deja es volver a integrarse a las redes terroristas.

Quinto. A los maestros que hemos combatido y combatimos a las organizaciones terroristas el DS y el proyecto de ley nos niegan nuestro derecho y deber de continuar en esa lucha en el terreno propio de la educación, el de las ideas, las concepciones del mundo y de la vida, los valores y conductas éticas. Quieren que nos reduzcamos a reflexionar sobre las conclusiones de la CVR. Lo importante es poner en práctica la esencia de la educación, ayudando a los colegas que salen de prisión a reinsertarse mediante el examen crítico de las ideas que los llevaron a prisión. Es la esencia humanista de la educación. Porque, además, las ideas que están en la raíz de conductas violentistas aún siguen esperando su desmontaje, y es mucho más rico criticarlas con quienes las han vivido dolorosamente. La organización política que ha hegemonizado el gremio, Patria Roja, no ha sido capaz de derrotar esas ideas, y el paralelismo gremial como supuesta solución para evitar que dirijan el SUTEP ha tenido resultados contraproducentes. Ambos factores han debilitado al gremio. Las nuevas corrientes socialistas indoamericanas o andino-amazónicas que enarbolamos la bandera de la Gran Transformación de nuestra patria y del mundo asumimos ahora esa tarea en las escuelas y en el gremio. Por eso rechazamos que se nos impida hacerlo con los mismos colegas que salen de prisión.

Sexto. Si todos los pueblos de la tierra tienen instituciones educativas es porque los seres humanos podemos cambiar. Modificar nuestra visión del mundo, ideas, sentimientos y conductas. Los seres humanos somos educables, rehabilitables, reformables. En lenguaje religioso, somos salvables. Lo más importante que ocurre en ellas no es almacenar conocimientos. Es el entrenarnos en la convivencia pacífica, acordar normas y ponerlas en práctica, criticar a quien las viola y elogiar al que lidera su cumplimiento y cambio. Por eso, a los autores del DS alanista y del actual proyecto de ley les respondemos, pues, que si la experiencia carcelaria, supuestamente, no pudo cambiar a nuestros colegas, no les pueden negar a los actores educativos el intentarlo. Con acompañamiento crítico, cambiando la experiencia escolar que hoy incuba la inmensa frustración de millones de estudiantes y maestros con currículos y organización escolares que solo preparan consumidores insolventes y no ciudadanos productores de las maravillas que el mundo valora y demanda. Podemos cambiarlos con evaluaciones no humillantes, sino de los méritos en su desempeño y logros con sus estudiantes.

Séptimo. Hace casi medio siglo, un gran maestro y entonces ministro de Educación, el filósofo Francisco Miró Quesada, fue llevado al Congreso por el APRA y el odriísmo para criticarlo y finalmente censurarlo por promover, con el apoyo de otro gran maestro y filósofo, Augusto Salazar Bondy, seminarios ideológicos en los colegios para criticar el núcleo de ideas erróneas que incuban el violentismo que hoy llamamos terrorismo. Ahora, nuevamente el APRA, acompañada por el fujimorismo y demás ralea conservadora, quieren impedir que los maestros cumplamos nuestra tarea en las escuelas. Nosotros seguiremos la huella de esos grandes educadores. Ojalá Gobierno y Ministra también.

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Vaya retórica decimonónica,

Vaya retórica decimonónica, demagógica.
La izquierda como tal y la sutepista nunca entendió el objetivo del aula primaria y secundaria. Nunca inculcó criterios, sino doctrinas. Nunca inculco metodolgias de búsqueda de evidencias sistematicas para construir una verdad. Inculcó catecismos. En la escuela primaria y secundaria me hicieron leer " Principios elementales de Filosofia de Politser ", " Materialismo historico de Martha Jarnecker", " las venas abiertas de L. America de Galeano, etc, por no citar " Los siete ensayos". Nunca me hicieron leer libros discondartes.
Décadas de parcinonia, de torerancia con " supuestos maestros", que elevaron el marxismo -una ideología- a la categoría de ciencia. Como para Uds. el fin justifica los medios, no vale nada la mente de un joven. Lo miran y lo miraron siempre como un potencial prosélito.
Sr. Murugarra, no nos engañe con su retórica falaz. Los que hemos estudiado en colegio nacional y hemos mamado del marxismo desde nuestro quinto año de primaria, bombardeados de conocimientos que luego no sirvieron para nada luego del fracaso de los 200 tipos de socialismo que fracasaron el el mundo.

Sr. Murugarra queremos un aula donde haya gente que AME LA VERDAD, y que respete al educando. Que se guarde sus preferencias políticas para su casa. Como el sacerdocio al aula solo merecen entrar ese tipo de maestros, de izquierda o de derecha, verdes o rojos, pero con una ética docente decorosa, aquella que los profesores sutepistas les es medio esotérica, aquella ética que incluso para Ud. le es esquiva porque luego de miles de cambios sociales, productos de la globalización y uds. sigue siendo un tiranosaurio rex en la política, una interesante pieza de museo del pensamiento decimonónico.

Si uds. camaradas , sin ser ex terroristas no pueden cumplir con ese evangelio, menos los fanáticos fundamentalistas lo podrán hacer.

El anónimo ofensor sólo usa

El anónimo ofensor sólo usa dicterios pero no razones. Dice que lo obligaron a leer en la primaria a Politzer y todos estaremos de acuerdo que eso es imposible, no tanto porque algún obtuso autoritario hubiese querido obligarlo, sino porque el nivel de comprensión de lectura no le permitiría a ningún menor de 13 años entender un párrafo del autor francés. Dice que mamó marxismo desde el quinto de primaria, que sólo le dieron catecismos. El propone que los maestros ofrezcan "metodologías de búsqueda de evidencias sistemáticas para construir una verdad", justamente, la propuesta politzeriana del marxismo dogmático que cree que sólo las "evidencias", es decir, lo que se puede ver y tocar, es la base de la verdad. Pero vamos, aun cuando quisieron obligarlo, en algún momento de su vida se libró de sus rejas mentales. Pero es incapaz de proyectar la posibilidad de que algún senderista evolucione, como en su propio caso. El anónimo no ha entendido la autocrítica de Murrugarra (ni entiende a Galeano y ofende a Mariátegui!) y de su apuesta por la educación democrática como antídoto contra todo dogmatismo, sea político, religioso o económico, contra todo pensamiento dicotómico que sólo puede ver blanco y negro. Como el anónimo. Una lástima.

Me parece que lo que se está

Me parece que lo que se está defendiendo aquí es el derecho que tienen las personas que cometen un error, al cambio. No podemos ser ciegos y cerrados y pensar que las personas no tenemos posibilidades de cambiar o enmendar nuestros errores.Crucificar a una persona sin darle la mínima oportunidad de enmendarse no sólo atentan contra los principios de humanidad sino contra los derechos humanos.

Una persona que ya fue juzgada y pagó su condena, no tiene por qué ser cruxificada socialmente, aunque lamentablemente esa sea nuestra costumbre. En realidad al cumplir con su condena ya pagó al Estado por su error, y es deber de la sociedad hacer todo lo posible para que esa persona pueda reinsertarse. La raíz de la delincuencia que es pan de cada día en nuestro país, se debe precisamente a que como sociedad no estamos preparados para darle una oportunidad a la persona que cumple su condena para que se integre nuevamente. Es por eso que vuelven a lo que conocen, porque allí nadie les ha cerrado las puertas.

Es cierto que debemos mirar en nuestro pasado para no comenter los mismos errores, pero encerrarse en ese tiempo para seguir criticando lo actual es no vivir la realidad en el presente, que definitivamente, es otra en comparación a cuando las ideas marxista hacen su ingreso en las aulas, que dicho sea de paso no fue sólo en el Perú.

Estoy de acuerdo con el Sr. Murrugarra en el sentido de que como sociedad, es nuestro deber dar una oportunidad de reinserción a quien así lo desee.

De otro lado, no hay que olvidar que los jueces sin rostro de Fujimori, enviaron a muchos inocentes a las cárceles, sin ninguna prueba y sólo por sindicación. ¿Acaso no es bastante el daño que se les hizo de enviarlos a la cárcel siendo inocentes como para que les siga condenando socialmente?. Si no fuera por el Padre Lanssiers esas personas seguirían encerradas.

Mi padre fue profesor de

Mi padre fue profesor de colegio, tuvo que luchar contra estos Pseudoprofesores, pues lo unico que hacian era perder el tiempo en sus discusiones absurdas de la toma de poder y demas estupideces y nunca les importo le enseñanza o el desarrollo escolar de los alumnos, eso me consta. Entonces basandome en esto y tambien que estan señores estan completamente ideologizados con sus ideas totalitarias y maoistas como podemos permitir que siquiera le den clases a nuestros hijos, si antes no se preocuparon del alumno, ni se preocupaban de actulizarce en la docencia porque ahora lo harian. Qu quieren trabajar me parece perfecto, pero que se dediquen a labor administrativa y no a la enseñanza de los alumnos. Pretender decir que hay que combatirlos con ideas eso es perfecto pero estamos hablando de niños y adolescentes, merecen la mejor educacion y no ser parte de experimientos si el profesor ya se regenero.
En sintesis, el profesor que sale de prision por delito de terrorismo, cierto es que pago su deuda con la sociedad pero eso no significa que debemos arriesgar que envenene la mente de nuestros alumnos, con ideas retorcidas y perversas. Si desea trabajar esta bien en puestos administrativos o apoyando como auxiliar.

¡Buena Edmundo! ¡Muy de

¡Buena Edmundo! ¡Muy de acuerdo contigo! ¡Muy bueno también el comentario que -a continuación del anónimo extremista reaccionario- lo refuta cabalmente. Un abrazo fraternal. R.

Es bien claro que las

Es bien claro que las personas que refutan al Maestro Edmundo Murrugarra no son maestros, nunca han pisado un aula, no tienen la mínima idea de lo que es ser maestro en el Perú (que posiblemente tampoco conocen), ni saben lo que es trabajar en el VRAE como maestro sin solidarizarse con la pobreza que enfrentan los niños y niñas por el completo abandono del Estado durante tantas décadas, por lo tanto lo que digan no tiene validez alguna, es pura especulación mental debida al desconocimiento de la realidad peruana.

Un comentarista afirma que

Un comentarista afirma que sólo uso dicterios, y afirma que mi pensamiento es blanco-negrista, dicótomo.

Saludo este espacio democrático, donde no se limitan textos. A veces un párrafo un una opinión no refleja lo que uno realmente siente o piensa. Por respeto a los lectores no voy a caer en la provocación de llevar la discución al plano personal. Lo que diga el otro comentarista de mi , no tiene trascendencia.

Lo siento mucho sobrereaccionar frente a temas tan sensibles. Después de todo, a los que abrazaron una ideologia de odios, de liquidación física del enemigo político, a ellos a que entenderlos. Cuando uno de nosotros sobrereacciona, somos fachos, somos dicótomos, somos blanco-negristas.

No estoy invocando cadena perpetua para los ex-senderistas. La sanción debe ser proporcional al daño y el derecho de arrepentirse/insertarse en la sociedad es un derecho inalienable a cualquier persona. No estoy cuestionando las motivaciones de los ex-insurgentes, que para mi concepción son predominantemente políticas, a pesar de sus métodos inmorales.

Parto de la certeza y no sólo como extrapolación de mi propia experiencia, de que la izquierda maoista, llámese sutepista o filo-senderista ha usado la escuela pública primaria y secundaria como una estrategía de captar adeptos y cuadros. Los amantes de la verdad, podrán hacer encuestras retrospéctivas por cada educando, pregúnteles, cuántos profesores han usado clases para hablarles de temas de realidad social, con clara orientación proselitista a favor de los movimientos de izquierda .

Para mi me es facil citar nombres, años , colegios y cómo yo mis decenas de compañeros de aulas que fueron testigos. Para la izquierda eso es normal. Siempre fue dueña de las aulas, desde la primaria hasta la universidad. La mayoría de ellos fue adoctrinada en aulas y pocos tuvieron la capacidad crítica de enfrentarse a sus tutores ,por miedo a ser tildados de revisionistas, etc.

Casi toda la educación pública estuvo en manos de la izquierda. A pesar de tener discrepancias he sentido respeto por muchos de ellos, en la época de la guerra fria, por su idealismo, sus deseos de cambiar la sociedad por encima de sus intereses personales. Pero de allí para adelante tengo el derecho de salir a enfrentarme a muchos de ellos, que a pesar que el mundo ha cambiado, siguen hablando casi el mismo lenguaje de los 70s, siguen odiando, y llevándo la discución a un problema blanco-negristas de ricos contra pobres. La misma teoría de la dependencia de Galeano sigue latiendo en sus mentes y transpiran odios y resentimientos por todos los poros.

El Sr. Murrugarra desea enarbolar la bandera de la Gran Transformación. A que transformación se refiere, ya que todas, casi todas fueron un fracaso histórico. Para mi la gran transformación del Perú es dejar esa moral fatalista, paranoica de que somos pobres, por culpa de los españoles, los chilenos, los limeños , los ricos. Para mi la gran transformación es independiente del tipo de modernidad que escojamos -prefiero la andina- aprendamos a mirar adelante y no atrás. Eso no significa no aprender de la historia. Pero los dilemas éticos, y los temas ambiguos quedan para estudios superiores. Porqué tenemos que llevar temas sensibles a las aulas de discución, cuando hay otros más importantes temas críticos que podrían ser abordados en ver de reciclar sentimientos dificiles.

Le darían una nueva oportunidad a un pedofílico para que cuide a sus hijos, nietos ?. El interés de 50 alumnos está por encima de todo y yo como ciudadano, profesor, o padre de familia no asumiría ningún riezgo. Un senderista arrepentido, como lo dijo anteriormente un sensato comentarista lineas arriba, puede dedicarse a laboras administrativas. Lo ideal sería que los profesores sutepistas sean relegados a otras labores secundarias, y no contaminen el aula.

Habrá un dia en que la sociedad peruana se preparé para pasarle la cuenta a las izquierdas radicales de todos los males que han hecho al país. Los costos tangibles e intangiles, saldrána a la luz todos los factores retardadores y como incidió en la pobreza del Perú. Pronto en una agenda política sistemática, nos organizaremos, no como revancha, sino como un acto de justicia, para que el Perú separa el costo de la demagogia y del populismo.

Entrevista