MEF: Gestos y desafíos de la ministra

Titular de Economía salió a atajar prejuicios pero el reto va más allá.
La política son gestos, reza el manual.
Y María Antonieta Alva Luperdi [34] intuyó muy bien esto al juramentar como la nueva cabeza del Ministerio de Economía y Finanzas [MEF], y tras ello denunció los precoces ataques por su nombramiento.
“Machismo” fue lo que dijo ella ante medios y en referencia a los golpes en redes y “dictámenes” de determinados opinantes –conservadores- ante su designación.
¿El pecado de acuerdo con estos actores? es mujer, es joven y –lo más inverosímil- es bachiller dijeron escandalizados.
Se olvidaron de Janet Yellen, pasada jefa del Sistema de la Reserva Federal [FED] que agrupa doce bancos centrales en los Estados Unidos. No recordaron a Christine Lagarde, quien comandó el Fondo Monetario Internacional [FMI] y actualmente es gobernadora el Banco Central Europeo [BCE]. Dejaron atrás a Kristalina Georgieva, el reemplazo de Lagarde en el FMI.
Todas ellas o bien gestionaron la política monetaria de la economía más grande del planeta, o bien manejan las finanzas paneuropeas y los préstamos del organismo internacional.
No obstante la madrugadora actitud de Alva al contener esta suerte de ruido blanco pacato y trasnochado, los retos y desafíos –en los aproximadamente nueve a diez meses que le quedarían al mando del MEF- son complejos y claves. Tanto como desenmascarar a una caterva de bullys.
Hábitat global, inversión pública y trabajo
De momento le esperan a la ministra Alva menos de tres meses para dejar a la economía más cerca del 3% de crecimiento proyectado del PBI real 2019; y, desde luego, más alejado de la sombra del 2,5% estimado.
Ello desde un entorno global atado a una guerra comercial China y Estados Unidos y el fantasma de enfriamiento para ambas economías; un BREXIT que –todo apunta- será un “divorcio duro” que podría arrastrar al Reino Unido a una recesión; Alemania que no levanta cabeza; la economía de la Unión Europea por el mismo rumbo; y América Latina como la región con peor desempeño global al crecer menos de uno por ciento para el 2019.
Tres meses para acelerar un gasto responsable de capital desde el sector público, y que lastra una señal débil en el ritmo de ejecución.
De acuerdo con el Banco Central de Reserva [BCR], de enero a agosto la inversión pública se ubica en rojo. Tras crecer un débil 5,1% en aquel lapso en 2018, el ente emisor sinceró un endeble -1,4% para el período.
El pronóstico no es simpático. El BCR estima un débil incremento [2019] del 0,5% en gasto de capital del Estado.
A propósito de inversión pública, ¿qué tenemos en cartera para cierre de año?
Son S/. 6 230 millones [BCR, setiembre 2019] que agrupa una lenta reconstrucción con cambios, el gasto de inversión de los juegos panamericanos, la Línea 2 y la cuestionada modernización de Talara que da más dolor de cabeza que tranquilidad.
Para economistas y firmas gestoras, el desafío es dinamizar este gasto y –cómo no- trasladarlo a la economía real. Esto es: trabajo, demanda, consumo y empleo. Sin olvidar el complemento en la inversión privada que anda tímida y tardía también.
De momento, la ministra arrancó con buen pie. La actividad en términos de PBI real –con datos de la autoridad estadística- cifró un robusto 3,39% a agosto interaño, de enero a agosto trepó a 2,14% interanual. Los doce últimos meses interaño a 2,82%.
Con un mercado laboral en lenta recuperación, está situación juega a favor de Alva.
Las partidas, otro reto
Siendo especialista en presupuesto [la ministra tiene una década al mando de la planificación presupuestal del MEF], se espera que Alva logre domar el monstruo de gastos intersectoriales.
Tarea nada fácil por la lentitud en la ejecución, y porque estamos “casi” a fin de año y los “trucos” no se hacen esperar.
“A dos semanas del mes de octubre la ejecución presupuestal de los ministerios ha subido, pero esto no ha sido porque mejoró la capacidad de gasto sino porque todos los sectores han devuelto dinero al MEF. Esto ha hecho que el Presupuesto Institucional Modificado de cada uno de los sectores se reduzca, aumentando el porcentaje de avance”, señala la investigadora Alexandra Ames.
Gasto social como política de Estado
Más allá del reto que significa para Alva el dinamismo de la economía real, lo anterior lleva a reflexionar en un tercer punto a propósito de la gestión presupuestal: gasto social y el combate contra males endémicos locales.
Desde la Defensoría del Pueblo se reclamó que el presupuesto asignado para la lucha contra la violencia de género recortó a un austero S/. 2,4 millones en 2020 [MEF]. Es un desplome brutal si se tiene en cuenta que en el 2019 la partida fue de S/. 8,4 millones.
Para el desmantelamiento de la trata de personas –con datos del presupuesto general de la República [PGR]- el Gobierno destina S/. 4,7 millones en 2019 [o 0,0279% del PGR; es decir, “nada”] y quedaría según expertos sin cambio en 2020, y en una economía donde el 80% de los menores afectados por este flagelo fueron explotados sexualmente en 2018.
Y donde tan solo cuatro de los diecisiete ministerios ha diseñado planes presupuestales contra la trata.
Lo anterior se cuelga –desde luego- a la lucha contra minería y tala ilegal que ataca la caja fiscal con miles de millones de dólares sin recaudar.
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Somos optimistas. A mediados de octubre, se liberaron desde el MEF S/. 1 000 millones yéndose estos a diversas partidas intersectoriales “para financiar inversiones en los sectores sociales de educación, salud, vivienda y agricultura”, indicaba el ministerio.
¿Ni un mes y la ministra Alva da muestras de ser la súper funcionaria que economistas, bancos, fondos y firmas gestoras de activos queremos?
Es una señal y esperamos sea más que un gesto porque como dijimos, la política son gestos.
Y las finanzas públicas, también.