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Castañeda Sí o No

El exburgomaestre Luis Castañeda Lossio confirmó que votará por el ´Sí´ (Foto: LaMula.pe).

Estoy preparando el artículo solicitado por ideele sobre las posibilidades de que Susana Villarán sea revocada o no y leo en la página web de Correo una nota sobre declaraciones de Castañeda: “Respecto a su alargado silencio [el de Castañeda] sobre la actual gestión y proceso de revocatoria, el exburgomaestre indicó que lo correcto era callar para ‘que tenga la libertad [Villarán] de trabajar y no se diga que ponemos obstáculos. Mi silencio es una cortesía y una nueva forma de actuar en política”.

Las declaraciones de Castañeda nos eximen de comentarios, pero nos llevan a preguntarnos por el impacto que podrá tener en el proceso de revocatoria una intervención más directa del cortés alcalde. Estamos aproximadamente a un mes y diera la impresión de que la gente de Solidaridad se adelantó un poco luego de ver que los recientes simulacros de votación expresan un crecimiento del apoyo al “No”. Hay que observar cuál va a ser la forma de intervenir de Castañeda, porque ésta podría ser una declaración de prueba para ver cómo reacciona el público y nada más. Siempre en el terreno de las especulaciones, lo que parecía plausible era que esperaría hasta la última semana para intervenir, con el fin de evitar que los ataques en contra lo afecten, pero el crecimiento del “No” es fuerte.

Siempre en referencia a la web del diario Correo, si uno lee los comentarios que están abajo de la nota citada podrá observar la trifulca que se arma entre los defensores del ¿candidato? amarillo y los que lo asocian a la corrupción y el populismo. Hay una larga lista de dimes y diretes que pone en evidencia los afectos cruzados que genera Don Luis, al menos en las redes sociales.

De acuerdo con su intervención, estaría buscando fijar una agenda en la que hacer o no hacer obras sea el dilema. Ya sabemos quién sería el símbolo de hacer obras y, como ya se machacó bastante, Susana Villarán sería “la que no hace nada”. Considerando que el ex burgomaestre terminó su gestión con una aprobación de 80% aproximadamente, y que en algunas encuestas figura como un buen candidato a ocupar una siguiente alcaldía, no parece ser una mala idea. El tema es que su ingreso explícito en el terreno revocatorio va a generar no solo que se recuerden sus obras sino también que se reactiven los cuestionamientos a lo que dejó de hacer y las acusaciones de malos manejos. Como para atacar nadie se queda muy tranquilo, es de esperar que el debate se vuelva a oscurecer con acusaciones mutuas. Sería interesante que también se discuta sobre el tipo de alcalde que Lima necesita; así sacaríamos algo de provecho… todos.

Lo cierto es que el movimiento por el “No” ha avanzado y hoy está en mejor situación para dar la batalla. ¿Será Villarán revocada, o no? En la política peruana nadie tiene lealtades establecidas, así que recordar la importancia que Ortega y Gasset le dio siempre a las circunstancias es una obligación en el análisis. Sin embargo, el mismo filósofo español anotaba que las circunstancias no eran determinantes sino dilemas ante los cuales los seres humanos teníamos que tomar decisiones: actuar.

Según los resultados de las últimas encuestas, parece que lo sucedido con los muros de contención ya fue absorbido y que se ha retomado el crecimiento del “No”. ¿Qué factores pueden ir explicando esto? Que el Municipio y sus partidarios se pusieron las pilas, pero, además, que no solo la población en general, sino incluso los que apoyan el “Sí”, lo reconocen. 

Para esbozar algún escenario para el 17 de marzo (o el día siguiente, si se quiere) hay que ver qué ha llevado a que el apoyo al “No” crezca. Lo cierto es que desde antes de los sucesos de La Parada, según la encuesta GfK, la aprobación de la gestión de Villarán subió todos los meses. En el sondeo realizado entre el 23 y el 24 de octubre, antes de la intervención en La Parada, tenía 24% de aprobación, y en el que se llevó a cabo entre el 30 y el 31 del mismo mes, luego de la intervención en el Mercado Mayorista, tenía 27% (subió tres puntos). Así fue creciendo mes a mes hasta el 34% registrado en diciembre. Subió 10 puntos en dos meses, y en plena revocatoria. Además, esa trepada se dio ya no solo en los niveles A/B o C, sino que fue importante también en los niveles D y E. En síntesis, desde que se inició la revocatoria el nivel de aprobación fue mejorando mes a mes y con un impacto positivo en la intención del apoyo al “No”, que pasó del 35% en noviembre al 42% en diciembre. No alcanzaba, pero indicaba un movimiento creciente a favor de que la alcaldesa terminara su mandato. Luego vino lo del Rímac y las cifras volvieron a darle la espalda.

Según los resultados de las últimas encuestas, parece que lo sucedido con los muros de contención ya fue absorbido y que se ha retomado el crecimiento del “No”. ¿Qué factores pueden ir explicando esto? Que el Municipio y sus partidarios se pusieron las pilas, pero, además, que no solo la población en general, sino incluso los que apoyan el “Sí”, lo reconocen (aunque ahora digan que es muy tarde). Si esto no hubiera sucedido, no se explicaría por qué el nivel de aprobación siempre ha subido. Además, la prensa ha optado por presentar la información de manera más balanceada, el ingreso de los partidos a la contienda ha favorecido más al “No” que al “Sí”, porque en Lima el APRA tiene más rechazo que apoyo y el PPC sí genera una corriente positiva (y permite, junto con la presencia de otros partidos, que no se vea a Villarán aislada). Finalmente, todo esto ha llevado a que la gran crítica de “no hace nada” sea hoy menos creíble. Por otro lado, no creo que estos resultados sean una consecuencia directa de los paneles o los memes por el “No”; si eso ocurre, ocurrirá apenas en estos días.

Visto de otra manera: hay que destacar que el nivel de aprobación ha venido subiendo, pero el apoyo al “No” (o, si se quiere, al “Sí”) no se movía tanto. Como si la gente pensara: “Estás mejorando, pero no lo suficiente como para apoyarte”, hasta que se llegó a un punto de aprobación (o de “no rechazo”) en el que las mejoras en la aprobación de la gestión se están expresando en apoyo al “No”. Como se ve, no hay una relación directa entre una cosa y la otra, y ha tenido que pasar un tiempo para que la gente se anime a pasar de una suerte de “no lo estás haciendo tan mal” a “no te vayas”. Y eso se lo han ganado a pulso y encontronazos.

Cada día cuenta, y tampoco es que Villarán tenga fanáticos verdes que la defiendan en todos lados. Parece que la gente se está preguntando si vale la pena tanta cosa. En ese contexto volvemos a los efectos de la intervención de Castañeda. Su ingreso puede que refuerce la actitud de los que consideran que si lo haces mal te debes ir al día siguiente, los cansados de la política que solo quieren ver “la suya”, y si no, vete. El punto es que me parece que sobre Castañeda se han ventilado acusaciones de malos manejos de una forma tal que no se vio durante todo su mandato en la alcaldía. Por otro lado, la imagen de una Villarán que no hace nada ya no es tan convincente. Finalmente, se puede asumir que en el balance Castañeda pierda imagen pero sea suficiente para reforzar a quienes están por el “vete ya”. Los partidarios de Villarán tendrán que seguir haciendo lo que ya hacen: estar más cerca de la población, defender lo que hacen, no quedarse callados. Partido reñido, aunque la sensación es que el ánimo “castigador” se ha ido aplacando y que crecientes sectores están considerando tener a la alcaldesa hasta el final para ver qué pasa.

Entrevista