¿Acaso no es cierto que la
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El amigo de nadie
Según muchos analistas de izquierda, Humala es un entregado al neoliberalismo. Según muchos de analistas de derecha, Humala es un estatista. Los empresarios tienen pesadillas con el día en el que a Humala se le escape el chavista. Los sindicatos queman muñecos suyos acusándolo de cómplice del imperialismo. A pesar de salir bastante mejor que los últimos presidentes en las encuestas, daría la impresión de que el presidente no se lleva bien con nadie. Presento aquí por qué creo que sucedió esto y cuál es la consecuencia de tener al presidente más popular pero con menos amigos de los últimos tiempos.
Sin embargo, durante este proceso de enamoramiento -en el que respaldo a Conga y a Espinar fueron hitos claves- Humala rompió con varios de sus aliados. En el camino fueron quedando los asesores Carlos Tapia, Félix Jiménez y Sinesio López. El gabinete Lerner, finalmente cayó. Humala perdió el apoyo, además, de congresistas importantes, entre ellos Diez Canseco. Y Patria Roja y Tierra y Libertad le declararon la guerra. Sus antiguos amigos lo proclamaron rehén del neoliberalismo.
¿De derecha a izquierda?
Lo anterior fue interpretado por muchos como un ejercicio de pragmatismo: Las ideas de las facciones más radicales de la izquierda son impracticables y es muy complicado gobernar y seguir creciendo sin inversión. Humala, se decía, lo vio así y pagó el precio de romper con muchos de quienes llegaron con él a Palacio.
Menos de un año después, sin embargo, el pragmatismo se le acabó al supuesto presidente-rehén. En el lapso de un mes declaró que Hugo Chávez fue un “ejemplo a seguir”, que había que rescatar elementos del modelo económico velasquista y que relanzaría al Estado empresario. De un momento a otro, se quemaron los puentes que había tendido con los empresarios. Y hoy, por más paños fríos que se le haya puesto al asunto, los inversionistas ya no duermen con la tranquilidad de antes.
El fujimorismo hoy es quizá el principal enemigo de Humala. Si bien tomó la decisión correcta con el indulto, hubiese hecho bien en rodearse de más aliados para recibir mejor los golpes que su decisión iba a traerle.
Panzones, blindados y no indultados
Pelearse con la izquierda y re-espantar a la derecha le dejaba algo de tiempo libre al Presidente. Y él lo utilizaba para buscarse más enemigos. En sus buenos momentos, aludía a García refiriéndose a los “panzones”. En sus malos lo llamaba “sinvergüenza” (lo cual igual es un avance pues antes de llegar a Palacio lo calificaba a él y a Fujimori de “cabrones”).
Asimismo, gracias a sus últimos devaneos gran-transformadores, la relación de Humala con Perú Posible se volvió tensa. Y hoy, además, el precio de mantener a este socio podría ser proteger a Toledo de las investigaciones oficiales, lo cual dejaría a Humala como fácil blanco de quienes denuncian el blindaje a la corrupción.
Por su parte, el fujimorismo hoy es quizá su principal enemigo. Si bien Humala tomó la decisión correcta con el indulto, hubiese hecho bien en rodearse de más aliados para recibir mejor los golpes que su decisión iba a traerle.
Peligrosos gallinazos
Otro sector con quien le es muy difícil llevarse bien a Humala es con la prensa. Apenas electo y antes de asumir el puesto viajó a Ecuador, donde criticó a los medios afirmando que “la prensa puede hacer daño”. Todo esto luego de una de las conocidas diatribas del presidente Ecuatoriano contra los medios que no sean oficialistas. De cuando en cuando, además, muestra su incomodidad por la existencia de medios críticos y preguntones, y hace unos días señaló que para él los periodistas se dedican a “escarbar como gallinazos”.
Nadie se salva
A Humala parece serle difícil hablarle bonito hasta a la gente que va a sus mítines. Hace poco, en un evento en la región San Martín, le dijo a los jóvenes que habían asistido a escucharlo que “en vez de estar tirando trago en las discotecas” y estar usando “mechoncito o arete” (como burlándose de cualquiera que no se vea lo suficientemente “macho”) se vayan al cuartel.
¿Gobierno inclusivo?
Incluso a veces, cuando quiere componer, Humala descompone. Recientemente hizo una reunión en Palacio con líderes empresariales para tratar de reestablecer relaciones y recuperar su confianza. Fue una invitación muy positiva, pero que hubiera sido mejor si se hubiera reunido también con otros gremios como sindicatos, presidentes regionales y movimientos populares, pues la confianza se la debe a todos. Eso llevó a que muchos lo criticaran diciendo que no hace un gobierno para todos.
Yo solo quiero tener un millón de amigos
Humala es un presidente polarizador y tiene un especial talento para pelearse con todo el mundo. Muchas de sus reacciones no responden a cálculo político sino a la falta del mismo. Hoy, por eso, él y su esposa andan muy solos. Y los que pagamos los platos rotos somos todos los peruanos. No solo porque varios ministros tienen que pasar tres cuartas partes de su tiempo tratando de poner curitas a sus relaciones con distintos grupos. Además, porque, al no crear consensos y ambientes de diálogo, Humala hace que todos perdamos la oportunidad de lograr que avancen reformas (como la de la policía, poder judicial o lucha contra la corrupción) para las que se podrían sumar distintos grupos independientemente de sus convicciones ideológicas.
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Excelente muestra del caso, amena, precisa...
¿Acaso no es cierto que la prensa puede hacer mucho daño a la Democracia? Serìa suficiente, para los que creen todo lo que dice la prensa, revisar la crìtica feroz que hace a El Comercio, justamente, alguien que està en las antìpodas del Presidente ecuatoriano Rafael Correa, como es Mario Vargas Llosa, denunciando el daño que hace este medio a la libertad de expresiòn, etc.
Por, otro lado, no se le puede pedir peras al olmo. Las reformas que el periodisgta quisiera que avancen, como la de la policìa y otras, no se dan simplemente porque no son de interès de quienes gobiernan o de sus mentores.