El oro verde en peligro

El oro verde en peligro

Sandy El Berr IDL-Área de Pueblos Indígenas
Ideele Revista Nº 254

(Foto: ODECOFROC)

Pancho Kantuash, padre de familia y agricultor de unos 60 años, poda con cuidado sus plantas de cacao. Sus árboles están cargados de mazorcas amarillas y rojizas. Son de las variedades criollo e híbrido. Pancho forma parte del equipo técnico para capacitar a otros agricultores Awajún del Cenepa en mejorar la producción del cacao. La Unión Europea financia el proyecto, que se encuentra en proceso de la certificación orgánica. Desde hace dos años, los Awajún del Cenepa venden su cacao de excelente aroma y calidad a mercados europeos.

Este proyecto nació por la iniciativa de la organización ODECOFROC (Organización de Desarrollo de las Comunidades Fronterizas del Cenepa), que representa a unos 60 comunidades Awajún y Wampis del distrito del Cenepa, ubicado en la provincia de Condorcanqui, región de Amazonas. El objetivo de este proyecto en la zona fronteriza con Ecuador es generar ingresos familiares y a la vez conservar la alta diversidad biológica. En cambio, el Estado peruano apunta a una estrategia contraria en la zona, precisamente en la Cordillera del Cóndor, reclama Pancho Kantuash. “Creen que nosotros -por lo que nos encontramos aquí en la selva- somos animales. Somos seres humanos, incluso tenemos que gozar los derechos como peruanos, pero eso ignoran los funcionarios y el Estado Peruano. Nosotros queremos ser respetados. El Estado usa argumentos para hacernos callar, que los indígenas somos ociosos, que no saben trabajar. ¡Bien, mira la plantación de cacao que tenemos! Eso sí que el gobierno peruano ociosamente no nos ha apoyado para que nosotros podamos salir de la pobreza, porque ellos quieren compañías extractivas petroleras, mineras. No se preocupa el gobierno peruano de su país. Esto sí se llama ocioso, él que no quiere hacer ningún esfuerzo para su país. Pero sí, nosotros estamos buscando fuentes de ingreso para nosotros, para nuestros hijos, para nuestra población y hacerles entender que no somos perros del hortelano.”

Sin embargo, este proyecto de cacao -reconocido a nivel internacional- se encuentra en peligro, y con ello los ingresos y la esperanza de decenas de familias Awajún. En Agosto del año en curso, el Gobierno Regional de Amazonas llegó a un acuerdo con la Compañía Minera Afrodita1, según el cual se declararía de interés regional a la minería en la Cordillera del Cóndor.

Este acuerdo y los permisos ya otorgados2, se hizo a espaldas de las aproximadamente 100 comunidades Awajún y Wampis del Cenepa y de sus organizaciones representativas que son ODECOFROC, FIAACSA3 y ODECINAC4, violando el derecho a la consulta previa y al territorio. Este actuar del Gobierno Regional de Amazonas ha causado indignación en la población indígena del Cenepa, de tal modo que el Vicegobernador regional Carlos Navas fue declarado hace poco persona non grata en el Cenepa. Además, el conflicto socio ambiental que caracteriza al Cenepa desde el año 2007, está a punto de estallar.

Complicidad entre el Estado y la empresa minera Afrodita: El Gobierno sacrifica la conservación de la Cordillera del Cóndor para favorecer intereses mineros

Todo empezó con los Acuerdos de Paz entre Perú y Ecuador firmados en 1998, después del conflicto bélico en 1995. Allí, el Gobierno Peruano se comprometió oficialmente a crear áreas naturales protegidas en la zona fronteriza de la provincia de Condorcanqui. Se acuerda Pancho Kantuash que un día cuando los Awajún estaban reunidos en la sede de su organización ODECFOROC, llegaron funcionarios el Estado –INRENA (Instituto Nacional de Recursos Naturales, hoy SERNANP)- y la ONG Conservación Internacional. Ellos ofrecieron a los Awajún la creación del Parque Nacional Cordillera del Cóndor, debido a la alta diversidad biológica en la zona. Al principio, él y otros dirigentes no confiaban en el Estado y en sus buenas intenciones; se preguntaban para quién sería este parque y quién lo manejaría.

Sin embargo, los Awajún y Wampis buscaban la manera segura de cómo proteger la Cordillera del Cóndor contra la intrusión de los mineros, madereros y colonos que amenazaban sus sitios sagrados y la rica y única flora y fauna que alberga la Cordillera. Y parece que el Estado tenía la solución perfecta. Cuenta Pancho Kantuash que INRENA les prometió que la Cordillera del Cóndor como parque sería intangible, y bueno, por tantas promesas, los Awajún confiaban.

Lo que siguió era el primer proceso de consulta previa en el Perú, sobre el establecimiento del Parque Nacional Ichigkat Muja – Cordillera del Cóndor. Entre el 2002 y 2004, se definió conjuntamente por dónde iban a estar los límites del parque, cuál sería su futura zonificación, y se acordó que iba a tener una extensión de 152.000 hectáreas. Este acuerdo se quedó plasmado en el acta de Huampami en marzo del 2004 y en varios documentos de sustentación técnica.

Pancho Kantuash –quien era miembro de mesa en aquella reunión en Huampami- se acuerda con indignación que después de haber logrado el acuerdo, a lo largo del año 2005 perdieron el contacto con INRENA y Conservación Internacional, y los Awajún se preguntaron, ¿qué pasa?, no se cumple. En 2007, el Estado creó el parque5, pero su extensión tenía solamente 88.000 hectáreas. Reclama Pancho que más tarde se enteraron del corte y que el Estado permitió el ingreso de empresas mineras en la zona para extraer el oro, pero ni siquiera sabían qué empresa era.

Para Zebelio Kayap, presidente de ODECOFROC, el proceso de consulta era un diálogo muy enriquecedor y fructífero pues tanto los pueblos indígenas como el gobierno aprendieron del uno al otro y de esa manera ambas partes dieron aportes valiosos para la conservación de la diversidad biológica en la Cordillera del Cóndor. El pueblo Awajún se sentía engañado y desilusionado cuando el gobierno creó el parque con sólo 88,000 hectáreas, explica Zebelio Kayap. Siente que el trabajo de años que han realizado los Awajún, al final no ha servido para nada. Para él, eso es el punto de ruptura y desconfianza con el gobierno porque violó el acuerdo y nunca consultó a los Awajún sobre los proyectos mineros.

A partir de ese momento surge el conflicto que perdura hasta hoy en día, entre los Awajún del Cenepa por un lado, y el Estado y empresas mineras por el otro lado, sobre la Cordillera del Cóndor6. El Estado otorgó 109 nueve concesiones mineras en la parte excluida del parque y permitió dos proyectos de exploración minera a cargo de la compañía Afrodita, sin informar ni consultar al pueblo Awajún.

El Estado entregó la tierra de los Awajún y Wampis a los mineros
La tierra que el Estado concesionó en la Cordillera del Cóndor, es -en realidad- propiedad del Pueblo Awajún y Wampis porque el propio Estado, explica Zebelio Kayap, confirmó que esta zona es territorio ancestral de estos pueblos.

De acuerdo a la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que es de aplicación obligatoria en el Perú, la posesión o sea el dominio, uso y/o la ocupación ancestral de un territorio por parte de un pueblo indígena equivale al título de propiedad, independientemente si el Estado haya expedido este título. Además, según la esta misma jurisprudencia, el Estado tiene la obligación de titular el territorio indígena antes de otorgar concesiones7. En este caso, el Estado había llegado a un acuerdo sobre cómo usar parte del territorio Awajún y Wampis –crear un parque- para luego violar este acuerdo y entregarlo a los mineros. El cabildeo ilegal de la empresa Afrodita en varios ministerios jugó un rol importante en el corte del parque.

La minería en la Cordillera del Cóndor pone en peligro la salud y el abastecimiento de agua de la población entera del Cenepa

El Estado otorgó 109 nueve concesiones mineras en la parte excluida del parque y permitió dos proyectos de exploración minera a cargo de la compañía Afrodita, sin informar ni consultar al pueblo Awajún.

“En la cabecera de la Cordillera del Cóndor hay una compañía que se llama Afrodita, está instalada, ellos trabajan y en un tiempo se contaminará el agua porque hay un sólo río que usamos todo el mundo, allí pescamos, lavamos, nos bañamos y por eso no queremos que se establezca allá. Más bien queremos que se retire.”, explica Pancho Kantuash. Él no es el único que teme la contaminación.

Marina Yampis, una mujer de edad avanzada, vende sus cerámicas de alta calidad al Museo de la Nación en Lima. Ella también está muy preocupada por la actividad minera en la Cordillera del Cóndor: “Ahora están trabajando en la cabecera del río Comaina. Digo que por favor se haga gestiones para que se retiren del lugar. Los que han visto me dicen que esas tierras ya están contaminadas. A mí me duele mucho porque es ahí donde vivieron mis abuelos, los Yampis. Yo rechazo totalmente esa actividad [minera] que lo único que hace es contaminar y malograr nuestro territorio.”

Su esposo Rafael Ukuncham asiente. Él es experto en plantas medicinales. El cura su reumatismo con plantas del bosque o con aquellas que siembra en su chacra. Él se pregunta, cómo podrán sobrellevar la vida si todo lo que tienen para curarse se extingue con la devastación de los suelos que trae como consecuencia la opción por el oro. Rafael prefiere que se mantenga sana la fuente del agua y todo el sistema hidrológico tal como era antes, y exige que salgan los mineros que trabajan en las cabeceras y regresen a sus tierras porque los mineros que trabajan en las cabeceras vierten tóxicos que son arrastrados por el caudal de las lluvias. Luego estas son consumidas por animales como el venado, el armadillo, el majás y aves como la pucacunga, todos ellos toman el agua, los Awajún también consumen la misma fuente. Por estos riesgos, él y los Awajún rechazan la minería. “Acá tenemos un banco inacabable de los recursos medicinales. Quiero que este se mantenga por siempre.”

Estos miedos y preocupaciones de que la minería en la Cordillera del Cóndor podría tener impactos adversos en la salud de la población del Cenepa y contaminar el medio ambiente, sí tienen fundamentos técnicos y científicos.

El INRENA y varias instituciones científicas internacionales han reconocido en múltiples documentos públicos que la región de la Cordillera del Cóndor es hotspot de biodiversidad y zona endémica. Pero además de extraordinaria en biodiversidad, la Cordillera del Cóndor es extremadamente vulnerable, frágil e inestable en términos ecológicos y humanos. INRENA reconoció que cualquier alteración de las partes altas de la Cordillera del Cóndor -donde actualmente se encuentran las concesiones mineras y donde se llevaron a cabo los proyectos de exploración- afectaría los cuerpos de agua del cual se abastecen todas las comunidades Awajún y Wampis abajo. Es por ello que INRENA admitió que es indispensable declarar la intangibilidad de las partes altas de la Cordillera porque sus montañas son cabeceras de los principales ríos tributarios de la cuenca del Marañón (Cenepa, Comaina)8. Concluye INRENA que:

  1. En lo referido a fauna y flora nos encontramos con especies en peligro de extinción …, nuevos registros para la ciencia …, especies endémicas … que no se encuentran incluidas en ningún Sistema de Áreas Protegidas en toda la región andina …
  2. La Cordillera del Cóndor es un área prístina que contiene una inmensa diversidad biológica …
  3. La contaminación de las aguas de los ríos que se desprenden de la Cordillera del Cóndor por diversos agentes contaminantes o partículas sólidas pueden afectar directamente a la cadena trófica que mantiene el ecosistema en su conjunto. 
  4. La población presente en la Zona Reservada Santiago-Comaina pertenece a las etnias aguaruna [Awajún] y huambisa [Wampis], cuya fuente de alimentación son los productos del bosque principalmente la fauna, la Cordillera del Cóndor constituye el almacén y fuente de reproducción de estas especies. 
  5. Ante cualquier tipo de contaminación las poblaciones indígenas son las inmediatas víctimas del envenenamiento debido a la contaminación de los ecosistemas y a la bio-acumulación de los contaminantes principalmente en los peces que utilizan en su alimentación.


En consecuencia, INRENA rechazó el otorgamiento de concesiones y actividades mineras en la Cordillera del Cóndor del Cenepa hasta el 2007, cuando cortó el parque debido a presiones provenientes de intereses mineros.

Lo preocupante es el hecho de que la gran mayoría de los estudios científicos que sustentan técnicamente el parque con su dimensión original de 152.000 hectáreas, fue realizada en el Cenepa; es precisamente aquella zona que finalmente fue excluida del parque. En otras palabras, el Gobierno admite serios riesgos e impactos adversos a la salud y al medio ambiente si procede la minería en la Cordillera del Cóndor en el Cenepa; sin embargo, luego ignora por completo estos estudios y permite la actividad minera allí.

Hasta ahora, la compañía Afrodita, encabezada por el peruano Jorge Bedoya Torrico, realizó dos proyectos de exploración de oro. Actualmente, la empresa tiene unas 20 concesiones en la Cordillera del Cóndor. Ha cambiado de mediana empresa minera a pequeña empresa, con el efecto de que ahora el ente responsable de otorgar permisos y fiscalizar es el Gobierno Regional de Amazonas. Nuevamente, el Gobierno se deja cooptar por intereses mineros y pronto permitiría a esta empresa a explotar oro en las caberas de cuenca del Cenepa, mientras se hace de vista gorda al reclamo de los pobladores Awajún y Wampis que exigen la consulta previa con consentimiento y que el Gobierno restituya el parque según el acuerdo de Huampami en 2004.

Los ingenieros agrónomos que acompañan el proyecto de cacao, afirman que con el inicio de la actividad minera en la Cordillera del Cóndor, los productores perderían la certificación orgánica y sus mercados en Europa.

Concluye Pancho Kantuash, quien pensaba heredar a sus hijos su chacra de cacao ubicada dentro de bosques verdes y ríos limpios -el oro verde: “Aquí hay más riqueza, agua limpia, agua pura, aquí hay infinidad de plantas medicinales. Nosotros hemos vivido hace años, nuestros ancestros han conservado esta riqueza que nos han dejado, no para que se nos quiten otros. La plata se acaba, la tierra no. Por más que nos den a nosotros un millón de soles; podemos comprar un avión, y ya se nos acabó la plata. Y después no vamos a tener nada. Pero la tierra sí nos va a dar vida larga. Nuestros hijos también pueden aprovechar esa tierra. La tierra es madre, la tierra es vida, acá hay de todo, porque sin tierra es muerte.


1El representante legal de Afrodita, Jorge Bedoya, creó otra empresa llamada Compañía Minera Hito. Se sospecha que el acuerdo aplica a ambas empresas que tienen unas 20 concesiones en la Cordillera del Cóndor.
2Se trataría de la aprobación de la Declaración de Impacto Ambiental por parte de la Dirección Regional de Energía y Minas de Amazonas.
3FIAACSA (Federación Indígena Awajún del Alto Comaina y Sawientsa) representa a 03 comunidades y anexos que se desafiliaron de ODECOAC (Organización de Desarrollo de Comunidades del Alto Comaina); ésta última está presidida por Luis Dupis que actualmente representa solamente a unas familias de la comunidad del Shaim.
4ODECINAC (Organización de Desarrollo de las Comunidades Indígenas del Numpatkaim y Alto Comaina) representa a unas 8 comunidades y 7 anexos.
5Mediante D.S. 023-2007-AG.
6Una excelente documentación del caso hasta el 2009 se encuentra en: “Perú: Crónica de un engaño”, Equipo de Investigación de ODECOFROC, (Informe IWGIA No. 5), 2009, http://www.iwgia.org/publicaciones/buscar-publicaciones?publication_id=286.
7Sentencia de la Corte IDH. Caso de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni Vs. Nicaragua. Fondo, Reparaciones y Costas, párrs. 151 y 153. Además, los art. 13 y 14 del Convenio 169 de la OIT exigen el reconocimiento oficial de las tierras que han ocupado o usado tradicionalmente los pueblos indígenas.
8Informe No. 116-2007-INRENA-IANP-DOANP de fecha 06 de marzo de 2007; Oficio No. 037-2007-INRENA-IANP/DOANP de fecha de 15 de enero del 2007;
9Oficio 1298-2001-INRENA-J-DGANP de fecha 17 de octubre de 2001. Oficio 1298-2001-INRENA-J-DGANP de fecha 17 de octubre de 2001.

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