Un artículo muy bueno. Me
Enviado por Winfried Overbeck (no verificado) el
La persistente amenaza a la vida y seguridad de las comunidades Asháninka de los ríos Ene y Tambo
Muchos Asháninka consideran hoy en día que el “padre” (guardián, protector) de los senderistas es el expresidente Alan García, quien es también el “padre” de las empresas (madereras, petroleras, hidroeléctricas)
Hay que aprender del pasado porque las amenazas continúan
En este sentido, qué consideran los Asháninka que se tiene que recordar sobre la violencia vivida durante el conflicto armado interno. En primer lugar, este no es el primer episodio de violencia que les ha tocado vivir. Este episodio en el que Sendero Luminoso fue el actor principal –desde la perspectiva asháninka– es posiblemente el último de una larga serie de episodios en que los Asháninka han tenido que enfrentar la invasión violenta de sus territorios. Otros episodios importantes con los cuales los Asháninka relacionan la violencia senderista son la violencia de la conquista española, o la violencia de los caucheros, o aquella promovida por los hacendados y colonos de origen andino, entre otras.
En segundo lugar, la reiteración de experiencias de violencia sufridas ha llevado a un segundo mensaje para las generaciones jóvenes que radica en la desconfianza frente a los foráneos. Los foráneos constituyen, pues, una amenaza permanente a la seguridad y bienestar indígena. En este sentido, no solamente los kitionkari o kityonkari(rojos o senderistas) son o han sido una amenaza. También lo son los madereros, las empresas petroleras, los proyectos hidroeléctricos, y por supuesto, los narcotraficantes.
Un dato interesante es la forma en que las comunidades asháninkas relacionan como parte de la misma amenaza a Sendero Luminoso y a las empresas. En la sociedad asháninka, al igual que otras sociedades indígenas amazónicas, las distintas especies de plantas o animales tienen “padres”, “madres”, “dueños”, “guardianes” o “protectores”. Muchos Asháninka consideran hoy en día que el “padre” (guardián, protector) de los senderistas es el expresidente Alan García, quien es también el “padre” de las empresas (madereras, petroleras, hidroeléctricas). Esta afirmación se basa en que justamente en sus dos gobiernos estos actores sociales peligrosos y destructivos llegaron a territorio asháninka: los senderistas durante su primer gobierno, y las empresas durante su segundo gobierno.
Para las comunidades asháninkas resulta particularmente peligroso el proyecto hidroeléctrico de Pakitzapango, no solamente porque se trata de un lugar sagrado, sino sobre todo porque inundaría grandes extensiones de tierras donde se ubican catorce comunidades, todas ellas afectadas directamente por la violencia senderista. Para estas catorce comunidades, la posibilidad de ser desplazados a la fuerza de su propio territorio implica revivir nuevamente el trauma del conflicto armado interno en el que muchos de sus familiares perdieron la vida.
Un pueblo organizado y alerta
La situación de permanente amenaza y temor ha llevado a que el conjunto de comunidades indígenas de la Selva Central, empezando por las comunidades asháninkas, hayan organizado al Ejército Arawak hace dos años. Esta no es la primera vez, sin embargo, que los asháninkas se organizan militarmente para defender su territorio. Ya lo hicieron en 1989, en la provincia de Oxapampa, cuando organizaron el Ejército Asháninka, o cuando organizaron a los ovayeriite (ronderos o guerreros asháninka) en el Gran Pajonal o en el río Tambo. Y también lo hicieron en épocas anteriores para defenderse de los caucheros, o de los españoles con Juan Santos Atahualpa.
En los dos últimos años, el Ejército Arawak de la Selva Central se ha dirigido públicamente al gobierno señalando las graves amenazas que enfrentan sus comunidades. En noviembre de 2012, en una carta abierta dirigida al presidente Ollanta Humala, el Ejército Arawak señala la situación vulnerable en que se encuentran las comunidades indígenas de la región “ante las grandes amenazas que enfrentamos tales como invasión de nuestros territorios, narcotráfico, terrorismo y la tala ilegal de madera”. Pero además, señalan que esta situación se debe a “la incapacidad e irresponsabilidad de los funcionarios”. Es más, esta situación está “ocasionando la indignación y el agotamiento de la paciencia del Pueblo Indígena”. Esta es la razón por la cual, finalmente, están publicando esta carta abierta: “con la finalidad de que todo el Pueblo Peruano y el mundo tenga conocimiento de las acciones que hemos de desarrollar… frente a la inoperatividad del sistema de gobierno en muchos casos acompañado de la corrupción.”
Y en lo que se refiere explícitamente al tema del narcotráfico y terrorismo existente en la Selva Central, el Ejército Arawak indica su preocupación por la lentitud de respuesta del gobierno, pero también señala su desconfianza frente a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. Es más, los indígenas reclaman mayor diálogo con el gobierno: “nosotros hemos puesto toda nuestra voluntad de dialogar con el Gobierno pero hasta ahora no encontramos una respuesta clara e inmediata.” Y finalmente, concluyen señalando que son “más de 20 mil soldados asháninkas, yaneshas, nomatsiguenga, matsiguenga, yines y kakintes” que eventualmente “tomarán las armas y pondrán en vigor todo su conocimiento en las artes de la guerra al ver a su patria, a su madre tierra y su cultura en peligro.”
Sin embargo, ante la falta de respuesta por parte del gobierno, el Ejército Arawak emite un nuevo pronunciamiento público en julio de 2013, declarándose: “en pie de lucha, en legítima defensa de sus territorios e iniciará las acciones para la recuperación y control de sus territorios invadidos por colonos, traficantes de tierras, madereros y mineros informales.”
El pasado que no pasa, el terror que no termina
En conclusión, para los asháninka la guerra no ha terminado. Y lo que es peor, no terminará en la medida en que sigan existiendo amenazas sobre sus territorios, sus recursos y sus vidas.
Enviado por Winfried Overbeck (no verificado) el
Un artículo muy bueno. Me intereso mucho por la historia de Ashaninka. He tenido en cuenta este aspecto a pocos. ¡Gracias!