Los sueldos de los policías y la recuperación del trabajo policial a tiempo completo

Los sueldos de los policías y la recuperación del trabajo policial a tiempo completo

César Bazán Seminario Ex coordinador del Área de Seguridad Ciudadana del Instituto de Defensa Legal
Ideele Revista Nº 260

(Foto: Andina)

Estamos en abril del 2011, el mes está por acabar y el suboficial Rentería, graduado hace ya varios años en la Escuela Técnica de la Policía Nacional del Perú, Mariano Santos Mateo, está preocupado porque el sueldo alcanza con las justas: debe pagar su hipoteca, la academia de su hijo mayor y el colegio de su hija. Hace números y piensa: el próximo mes tendré que chivear1 más seguido y hacer horas extra. Ojalá que el dueño del Chifa La Luz me contraté, voy a hablar con él. Si no quiere, me tendré que ir a la pollería El Loco. Ahí pagan menos. Pero qué importa. Cuidar esos lugares es fácil, no hay robos hace varios meses. Ojalá que mi comisario atraque y no joda porque duerma en la comisaría los días de chamba.

El caso hipotético del suboficial Rentería grafica la situación en la que se encontraban más de 50 mil2 policías antes de iniciarse el gobierno de Ollanta Humala. Si bien, IDL-SC es sumamente crítico de esta gestión (ver: Seguridad Ciudadana. Informe Anual 2015: Balance del gobierno de Ollanta Humala: un quinquenio sin cambios sustanciales), debemos reconocer que a estas alturas, en el 2016, se ha avanzado en un aspecto sustancial: mejorar los ingresos de los policías y recuperar el servicio policial a tiempo completo.

Un aumento en cinco partes
Según información del propio Ministerio del Interior, los ingresos de los policías han mejorado de la siguiente manera en el periodo 2011-2015: 

El principal problema es que los aumentos se han dado en calidad de bonos. Es decir, gran parte de los incrementos no son pensionables, e incluso podrían ser eliminados por el gobierno siguiente. Esta situación genera incertidumbre en la familia policial

Como puede verse, un suboficial de tercera recién egresado de una Escuela Técnico Superior de la Policía, a sus 23 años gana como mínimo la cantidad en bruto de S/. 2826. Esa es la menor remuneración de la escala policial aplicable a la fecha en que se escribe este artículo, mayo de 2016. En diciembre de este año está previsto el quinto tramo del aumento y los ingresos aumentarán aún más. En la escala más alta, un Teniente General PNP gana bruto como mínimo S/. 10273. No está mal. Aunque siempre se puede mirar más alto, si consideramos que se trata de un trabajo de alto riesgo, en el que está en juego la vida de la persona y que significa un desempeño físico muy intenso, que desgasta el cuerpo de los oficiales y suboficiales.

El principal problema es que los aumentos se han dado en calidad de bonos. Es decir, gran parte de los incrementos no son pensionables, e incluso podrían ser eliminados por el gobierno siguiente. Esta situación genera incertidumbre en la familia policial, la cual ha sido duramente maltratada en este y en otras gestiones a lo largo de nuestra historia republicana.

La recuperación del trabajo policial a tiempo completo
El miércoles 19 de abril de 2016, en un mitin en el distrito limeño de Lurigancho, la candidata Keiko Fujimori lanzó una de las propuestas más irresponsables de la segunda vuelta electoral: continuar con una policía que trabaje a medio tiempo. Es decir, “relanzar” el sistema de trabajo policial a tiempo parcial conocido como el 24x24.

De acuerdo al 24x24, los policías no trabajan a tiempo completo para la policía combatiendo la inseguridad, sino que lo hacen un día sí y un día no. Por ejemplo, si usted es asaltado y hace la denuncia en la comisaría, el suboficial PNP Rentería, encargado de la investigación, buscará atrapar a los delincuentes los días que vaya a su trabajo (el martes, jueves y sábado). En esos días, deberá investigar su caso y la decena de casos que tiene acumulado. Los otros días (lunes, miércoles, viernes y domingo) usted verá al suboficial de su investigación, parado en la puerta del chifa La Luz o de la Pollería El Loco, como seguridad privada. Resultado: la ineficiencia policial y la imagen de una policía privatizada.

Este perjudicial sistema fue creado en la época de Alberto Fujimori, cuando el Estado estaba quebrado y no podía pagarle a los policías. Como nos lo recuerda el Ministerio del Interior, mediante el Memorándum Nº 336-94-DGPNP-CEOPOL, del 11 de noviembre de 1994, el comando policial regularizó, autorizó e institucionalizó la posibilidad de que efectivos presten servicios de seguridad privada en los días de franco y vacaciones. A partir de ahí cada policía debía buscar por su cuenta, cómo mejorar su canasta familiar, porque la institución policial no podía solventar a su gente.

Actualmente, con las denuncias de delitos en crecimiento, el Perú no puede darse el lujo de tener una policía debilitada, que trabaje a tiempo parcial y que arrastre los problemas de siempre. Necesitamos policías que trabajen a tiempo completo. Pero sobre todo requerimos repotenciar a la policía: rehumanizarla en el sentido de darle un trato humano a los policías y que esto se refleje en el trato humano que ellos brindan a los ciudadanos. Eso significa, aumentos salariales (no como bonos, sino como incrementos del básico), brindar condiciones materiales solventes, educación y entrenamiento de calidad para los policías, sanción para los malos elementos y promoción para los mejores en base al mérito, entre otras medidas.

La razón del malestar policial: el dinero extra
La eliminación del 24x24 por parte de este gobierno ha generado malestar en ciertos policías, por razones económicas. El asunto es el siguiente:

El 24x24 fue eliminado el 01 de enero de 2016. Hasta ese momento, los efectivos policiales tenían ingresos familiares compuestos por tres fuentes: 1) el sueldo básico, 2) el bono (en su cuarto tramo), y 3) el ingreso extra por trabajar como seguridad en día de franco (chivear). A partir del 01 de enero de 2016 no se chivea más. De modo que ahora los policías cuentan con su sueldo básico y los bonos. Es cierto, que esos dos componentes sumados superan lo que ganaba un efectivo en enero de 2011 (cuando no había bonos), pero eso no calma a quienes esperaban mantener las tres fuentes de ingreso.

El malestar policial es innegable (aunque no hay que sobredimensionarlo). Por eso, la candidata Fujimori trata de ganar réditos políticos, con el voto descontento de los policías. Lamentablemente, su propuesta no tiene sustento técnico, sino solo político-populista y, lo que es peor, debilita a la institución policial. El planteamiento de Fujimori, de volver a los noventa, con una policía a tiempo parcial, es condenar al Perú. Mientras la delincuencia, multiplicada por miles, incrementa sus horas de trabajo, Fujimori nos promete una policía que trabaje menos.

El suboficial Rentería y su familia se encuentran envueltos en este debate político y viven su propio dilema personal. Por un lado, sabe que dejar de chivear y trabajar diario 8 ó 10 horas solo para la policía es más sano, tendrá tiempo libre y jornadas más decentes. Además, ayuda a fortalecer a la institución que ama. Sin embargo, teme que su bolsillo se vea afectado. Teme que los bonos desparezcan y que el fin de mes lo encuentre sin dinero para pagar la educación de sus hijos. Y, aunque los políticos han prometido y prometido que los bonos no van a desaparecer, él está preocupado. La trascendencia también tiene un lugar en este debate: el suboficial sabe que si trabaja a tiempo completo para la Policía logrará más cosas y quizá sus nietos crezcan en un país más seguro. Es un dilema complicado.

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