Remordimiento de con-ciencia
Remordimiento de con-ciencia
No es cierto que a doña Ciencia en el Perú le haya tocado siempre bailar con el más feo. Simplemente nunca la sacaron a bailar y más bien la dejaron arrumada en el sótano de la casa, cual Cenicienta pero sin hada madrina ni nada que se le parezca.
Pero nuestra Ceniciencia no reclama un príncipe azul que le calce los zapatos; ella tan solo pide un mínimo de atención y dignidad.
Sin varitas mágicas de por medio pero con una retahíla de tubos de ensayo como herramienta, la ciencia en nuestro ha país ha batallado heroicamente sin que nadie la haya parado bola.
Se aprecia ahora, en cambio, una explícita voluntad presidencial para dar un impulso a la ciencia y la tecnología en el Perú. En realidad, como veremos en las páginas siguientes, no queda otra, pues el auge económico sin desarrollo científico sería más ficticio que los cuentos de hadas.
- Los héroes del silencio - La historia de nuestro país ha tenido algunos paréntesis cortos y boyantes, cortesía de doña natura. Salitre, guano y minerales se turnaron en la lista de productos que en algún momento engrosaron la billetera del Estado ilusionando nuestro tránsito de problema a posibilidad.
No se sabe a ciencia cierta - El ministerio de ciencia y tecnología fue una promesa presidencial que se transformó en propuesta a partir de sendos discursos. El misterio de la ciencia, en cambio, había sido —hasta hace algunas semanas— una eterna promesa nacional, carente de propuestas concretas.
Ceni ciencia - Cinco patentes registradas en 10 años, fuga de talentos, legislación inoperante, presupuesto cinco veces menor que el de Chile, precaria profesionalización de los investigadores. El estado de la ciencia en el Perú es calamitoso por una antipolítica o por políticas inexistentes, a pesar de los discursos sobre la modernización y el progreso del país de gobernantes y empresarios. La debacle es consecuencia de cuatro décadas de indiferencia sistemática.