Reportaje: Invasión terrícola en Chilca
Reportaje: Invasión terrícola en Chilca
El pueblo de Chilca, forjado a orillas del mar y en medio de tres lagunas mágicas, era un lugar apacible. A media hora de Lima, fue un distrito que tenía de todo para ser un interesante destino turístico: Chilca destila historia, salud y platillos voladores. Era un hermoso balneario que solía visitar gente de diferentes partes del mundo.
Ya fue. Ahora es un pueblo al costado de varias termoeléctricas.
No todos ven a Chilca con los mismos ojos. “Todo es según el color del cristal con que se mira”, dice una antigua frase y canción. Donde sus pobladores ven mar, otros ven gas; donde los arqueólogos valoran restos de una cultura milenaria, otros valorizan el metro cuadrado del desierto. Las lagunas, curativas para algunos, no son más que es agua con barro para otros.
I. Una empresa fuera de lugar
En un mundo tan diverso como éste, son válidas todas las interpretaciones, pero en Chilca las consecuencias de las miradas distintas pueden ser letales. A la empresa Fénix Power no se le ocurrió mejor lugar para establecer su central termoeléctrica que a orillas del mar. Donde hubo un concurrido balneario ahora se yergue una gigantesca planta de gas. La primera infracción de la empresa es contra los ojos.
ver más...
II. Un Macondo limeño
Estamos ante un poblado en peligro de desaparecer, unas lagunas medicinales que se están secando, un lugar para avistar objetos voladores no identificados del que están huyendo hasta los extraterrestres.
ver más...
III. Échale tierrita
Estamos ante una comunidad campesina que ha sido dueña de medio sur chico en Lima, y que ha visto cómo su propiedad se ha ido reduciendo a la mínima expresión.
ver más...