Fin de gestión: entre el caso Urresti y el estilo Urresti

El paso de Daniel Urresti por el ministerio del Interior ha sido nefasto. Su vinculación con el asesinato del periodista Bustíos, los muertos de su gestión, su estilo efectista (mentiroso, contradictorio, exagerado) nos dejan un balance negativo de su trabajo en estos 8 meses. Tiempo que desperdició el gobierno para trabajar por la seguridad ciudadana. Sin embargo, era un ministro apreciado por la gente, que enganchó con los sentimientos ciudadanos y generó esperanza en un escenario de miedo. Dedicado a combatir la percepción de inseguridad (más no los verdaderos problemas), maltratar policías y otros funcionarios, enviar twitts y pelearse tontamente con la oposición, Urresti es un espejo en el que vemos parte de la sociedad peruana. El asunto es que Urresti no está acabado. Por el contrario, sale fortalecido. Antes de ser ministro, no era conocido y ahora tiene un capital político, que –si sabe hacerla- puede aprovechar para el 2016. Aquí presentamos un balance de lo que fue su gestión.
A fines de junio, Daniel Urresti asumió el cargo de ministro del Interior. Su perfil era muy diferente a los dos ministros que le antecedieron y desde el inicio marcó un estilo característico, vinculado a lo militar y farandulero, en el manejo del sector. Con el nombramiento de Urresti se cortaba una secuencia de ministros del Interior civiles, ahora retomada con la designación de José Luis Pérez Guadalupe, lo cual iba a contracorriente del necesario liderazgo civil en una cartera, que requiere incorporar miradas democráticas y de derechos humanos.
Precisamente, desde el punto de vista de la protección de los derechos humanos y democracia encontramos los principales debe de la gestión Urresti.
1. El caso Urresti y los muertos de su gestión
A pocos días de haber iniciado su gestión, el programa No Hay Derecho del IDL difundió una bomba sobre el ministro del Interior. De acuerdo a documentos del Ministerio Público, Urresti sería presunto autor del asesinato en el conocido caso de la muerte del periodista del semanario Caretas, Hugo Bustíos.
Ante esta denuncia, Daniel Urresti negó cualquier vínculo con el asesinato del periodista Bustíos, alegando la inexistencia de pruebas y desprestigiando a los testigos que lo inculparon. A pesar de la gravedad de las acusaciones, el mismo presidente Humala salió en defensa del ministro Urresti. El mandatario indicó: “Cuando se le propuso la cartera, (Urresti) me puso en conocimiento de este tema, se le pidió algunos papeles que eran pertinentes verlos, los vieron los abogados y señalaron que es un caso extraño, no vemos su culpabilidad y creemos en la presunción de inocencia”1.
La defensa cerrada de Urresti liderada por el propio Humala fue gravísima, puesto que se trata de un caso de violaciones de derechos humanos: el asesinato de un periodista, que se dirigía a investigar una denuncia. Es decir, no solo se acabó con la vida de una persona, sino también con el derecho a la libertad de información de miles de ciudadanos, además de violar otros derechos. Desde la posición de poder que ostenta Humala, pero también la que tenía Urresti, era difícil que se den las condiciones necesarias para un juicio justo.
Por lo anunciado públicamente, es claro que el fiscal superior iba a formular la acusación. Lo que habría puesto al gobierno en una situación complicada. Quizá justamente para evitar ese mal rato, que profundizaría la crisis, Ollanta precipitó la salida de su ministro más popular.
Ante la denuncia, la opinión pública se dividió entre aquellos que defendieron al ministro Urresti y aquellos que solicitaron su separación. Sorprendentemente la defensa no solo vino del gobierno, sino de gran parte de la población, por razones que se vinculan al estilo Urresti, el mismo que analizaremos más adelante. Entre los que protestaron contra el ministro estábamos periodistas y entidades de defensa de la libertad de expresión, organismos de derechos humanos, líderes de la sociedad civil, políticos de oposición, familiares de la víctima, entre otros.
Respecto de este caso, la opinión pública no tenía claridad sobre la responsabilidad del ministro. Según una encuesta de Ipsos Apoyo, entre aquellos que estaban enterados sobre la denuncia, el 36% creía que era culpable, el 30% inocente, mientras que el 34% no precisaba su respuesta.
Pero Bustíos no es el único cadáver que amenazó la gestión de Urresti. Un asunto muy grave sucedió a fines de octubre del 2014. En el marco de un desalojo judicial ordenado como producto de una sentencia, la policía asesinó a uno de los moradores de la vivienda que se resistía a dejar el inmueble. Se trató del recordado caso de Fidel Flores. Las impactantes imágenes fueron difundidas por la prensa nacional. Si bien no es el primer caso de muerte atribuida a la PNP durante la gestión de Urresti, en este caso las pruebas del abuso policial son claras y contundentes.
El caso más reciente fue el de Pichanaki. En medio de un escenario de violencia que pudo haberse evitado, un contingente policial insuficiente y mal equipado, disparó contra los manifestantes, mató a uno de ellos y alrededor de una treintena de personas fueron heridas. Esto sucedió el 12 de febrero pasado. En un primer momento, el ministro Urresti negó que se tratara de un caso de abuso policial. Sin embargo, ante la evidencia, tuvo que pedir disculpas y reconocer que la policía había disparado contra los manifestantes. El gobierno trató de mitigar la crisis atendiendo a los heridos y con el anunció efectista de que la empresa, una de las partes del conflicto, no trabajaría más en la zona.
Como fuese, el pésimo manejo de la crisis puede haber generado un temor fundado en el gobierno, de que durante la gestión de Urresti se dispararían los muertos y heridos en conflictos sociales. Tal como sucedió en Pichanaki. Esta evaluación pudo haber pesado en la decisión de retirarlo del sector Interior.
2. El estilo Urresti
La actuación del ministro Urresti ha sido reconocida por la población en una cartera sumamente complicada, al punto que contó con niveles de aprobación bastante altos, superiores al presidente.
Sin embargo, la valoración positiva del ministro no es total. Esta debe relativizarse, puesto que una de las principales razones para desaprobar la gestión presidencial sigue siendo la falta de seguridad y/o la delincuencia. Este indicador se mantuvo con el ministro Urresti y llegó hasta 41% en febrero de 2015.
En el fondo, la razón de la aprobación ciudadana del ministro Urresti es su alta exposición mediática. El ministro se dedicó desde el primer día de su gestión a trabajar junto con los medios de comunicación para mostrar los principales logros policiales en el combate a la delincuencia. Desde su nombramiento a cargo del sector Interior, Urresti capitalizó cuanta captura u operativo policial se realizó, no desaprovechó las cámaras para proyectar la imagen de un funcionario activo, que caminó al lado de la ciudadanía y que aparecía ahí donde hay problemas de seguridad. Ese fue el estilo Urresti.
Como fuese, el pésimo manejo de la crisis puede haber generado un temor fundado en el gobierno, de que durante la gestión de Urresti se dispararían los muertos y heridos en conflictos sociales

Esta manera de trabajar empató con el sentir ciudadano que exige un ministro que priorice el trabajo en las calles por encima del trabajo de escritorio, tal como lo demuestran las encuestas nacionales urbanas de Ipsos Apoyo.
Pero ese no es el único rasgo del estilo Urresti. La exageración, la mentira, las propuestas absurdas, los cambios de marcha, las declaraciones disparatadas y los ataques a sus adversarios también han estado a la orden del día en las actuaciones del ministro. Y todo esto potenciado, desde que usó el Twitter. Veamos algunos ejemplos.
Exageración y mentira
A pocas semanas de haber asumido el cargo, Urresti dio una entrevista extensa a El Comercio2, en la que afirmó que en 10 días había conseguido lo que normalmente tarda meses: disminuir el número de delitos, específicamente los homicidios y asaltos en Lima.
"Los delitos son altos en Lima y ya comenzó una curva descendente… hay doce homicidios menos, cuatro delitos de sicariato y nueve asaltos menos que la semana anterior… Me refería a que lo hecho en 10 días lo puede comparar con lo que normalmente se hace en varios meses. Es posible que lo actuado haga que baje la delincuencia, tengo un primer indicador. No me hace saltar de alegría."
Otro ejemplo de la exageración y mentira es el siguiente. El 01 de agosto de 2014, el ministro presentó en una conferencia de prensa en Barranca casi media tonelada de clorhidrato de cocaína supuestamente incautada en la camioneta de un candidato municipal del partido fujimorista y en una vivienda local. La falsedad quedó al descubierto cuatro días después cuando se confirmó que lo incautado era, en su mayoría, yeso, no droga.
Propuestas absurdas
El 06 de setiembre de 2014, Daniel Urresti planteó la idea de prohibir las lunas oscurecidas (o polarizadas) en los vehículos particulares como medida para disminuir los delitos, pues –según un estudio que no ha sido difundido- el 80% de los robos se cometen con automóviles con esas características3. Acostumbrados a cifras erróneas, es difícil de creer la estadística mencionada por el exministro. Pero lo más grave de esta propuesta es que no se ha hecho el esfuerzo de proyectar qué porcentaje del total de vehículos con lunas polarizadas sirven para cometer delitos. Por ejemplo, si solo el 1% del total de autos con lunas polarizadas se usan para robar, entonces no tiene sentido prohibir esas lunas. La situación sería diferente si el 100% de los carros con estas características son herramientas de la delincuencia. Ahí sí serviría la interdicción. Tampoco se ha proyectado si disminuirán los robos como consecuencia de la prohibición de las lunas polarizadas y cómo se perjudicará a los usuarios honestos de estos vidrios. Aunque parezca increíble, las propuestas absurdas del ministro tienen eco en la bancada nacionalista, ya que esta iniciativa fue pasmada en un proyecto de ley, presentado el 10 de octubre (Proyecto de Ley Nº 3863/2014-CR)4.
Otra propuesta absurda fue la de suspender las licencias de armas en Trujillo por un año. El objetivo de esta medida sería combatir el alto número de extorsiones y casos de sicariato en dicha ciudad. Una propuesta como esa es inconducente, puesto que usualmente los delincuentes no utilizan armas con licencia, sino aquellas que están fuera de la legalidad. Suspender los permisos no dificultaría el trabajo de extorsionadores o sicarios, sino perjudicaría a los usuarios formales de armas de fuego.
Cambios de marcha
En julio de 2014, Urresti dio varias entrevistas públicas y mostró su desconfianza respecto de eliminar el sistema de trabajo policial conocido como 24x245. De acuerdo a dicho régimen, en el que está casi la totalidad de la PNP, un policía trabaja solo a medio tiempo, de modo que –simplificando un ejemplo hipotético- las investigaciones sobre la ocurrencia de un delito que podrían hacerse en veinte días demoran el doble. Por esa razón, varios de los ministros del Interior han hecho esfuerzos por eliminar el 24x24.
Eso fue en julio de 2014. Para octubre, la opinión del ministro cambió radicalmente. El 13 de ese mes señaló que el problema de la inseguridad comienza a crecer cuando se toman decisiones erradas como instaurar el 24x246.
Declaraciones disparatas
Con ocasión de un caso de sicariato en Lima, el ministro del Interior dio las siguientes declaraciones:
El 80% de lo que agobia a la gente es la delincuencia común. El sicariato, en un 90%, las víctimas del sicariato son delincuentes. ¿Entonces, a quién debe preocuparle el sicariato tremendamente con esa estadística? Pues a los delincuentes, al poblador común no le preocupa mucho7.
Esta declaración es una muestra de los disparates a los que nos tuvo acostumbrado Urresti. En primer lugar, los porcentajes 80% y 90% no tienen respaldo estadístico. Si bien, la delincuencia común preocupa mucho a la gente, pero no se tienen porcentajes definidos. Y ¿de dónde sale el dato de que el 90% de los afectados por el sicariato son delincuentes?. En segundo lugar, la data que existe contradice al ministro: Ipsos Apoyo mostró con claridad el absurdo, pues el 92% de los encuestados a nivel nacional urbano (octubre) señaló que el sicariato es un problema grave del país. En tercer lugar, ¿cuál era el objetivo de esta declaración? ¿Acaso generar empatía con los sicarios pues ellos ayudan a acabar con los delincuentes? Esta fue una declaración disparata en varios sentidos.
Durante los últimos meses de su gestión, el ministro Urresti utilizó desmedidamente el Twitter. Lo hizo generalmente como herramienta para comunicar los logros policiales, pero también aprovechó para atacar a fujimoristas, apristas y en general a opositores. Son célebres sus enfrentamientos con Maurice Mulder y sus respuestas rápidas a Keiko Fujimori. Sin embargo, el ministro rebajó el nivel del debate político. Reforzó su imagen de un personaje producto de la crisis político institucional, que vive el Perú.
3. Otros elementos: relación con la PNP, el caso Martín Belaunde y los 17 asesores del ministro
Otro elemento a tener en cuenta fue la relación entre el ministro del Interior y la institución policial. En algunas oportunidades el ministro Urresti ha maltratado públicamente a efectivos policiales, tal como se apreció en un evento masivo en Andahuaylas, donde amenazó a un efectivo con ser trasladado al VRAEM8.
Debido al trabajo de IDL-SC tenemos constante contacto con personal policial. El sentir mayoritario recogido en conversaciones informales con policías ha sido de descontento hacia el exministro Urresti. Se le criticaba en primer lugar por venir de las Fuerzas Armadas, es decir, no solo no ser policía, sino haber sido formado como militar, amén del histórico conflicto entre policías y militares. En segundo lugar, se le tachó por ser proactivo y exigir demasiados esfuerzos a la PNP. En tercer término, estuvo el descontento por los abusos contra el personal policial.
La estrategia de contar con un viceministro proveniente de la PNP sirvió en parte para paliar las críticas, pero no logró disipar el sentimiento generalizado de que el ministro Urresti es incómodo para los propios policías e incluso para los funcionarios de carrera del ministerio.
Ahora bien, uno de los hechos más significativos de la gestión de Urresti fue la fuga de Martín Belaunde. Mientras el ministro se jactaba de haber capturado a Benedicto Jiménez y Rodolfo Orellana, a fines de diciembre del 2014 el ex fiscal de la Nación anunciaba, como venganza por su caída, que el prófugo Martín Belaunde había evadido todos los controles policiales y estaba en Bolivia.
Esto generó la ira del ministro Urresti, pues se acusaba al gobierno de haber tratado de favorecer a Belaunde Lossio, primero a través del Ministerio de Justicia y ahora vía el sector Interior. Posteriormente se supo que el ministro sabía con anticipación el paradero del prófugo y que éste había cruzado la frontera, sin que hubiese ninguna orden de detención registrada en el sistema policial. De ese modo se agudizaron las sospechas de que el gobierno encubría a Martín Belaunde. La razón sería que él tiene información sobre oscuras movidas financieras de la pareja presidencial.
Una última denuncia fue difundida dos días antes del cambio ministerial. De acuerdo a documentos oficiales, Urresti contaba en su despacho con 17 asesores. La cantidad de asesores, el monto total que se les pagaba e incluso las competencias profesionales de algunos de ellos, estaban en cuestión, pues era un escándalo para un despacho que no generó cambios importantes a favor de la seguridad ciudadana. En este balance no tratamos asuntos de fondo, como la reforma policial, la corrupción o la educación policial. Pero se puede decir que en todos estos campos, el balance también es negativo.
La estrategia de contar con un viceministro proveniente de la PNP sirvió en parte para paliar las críticas, pero no logró disipar el sentimiento generalizado de que el ministro Urresti es incómodo para los propios policías

Perspectivas con el cambio de ministro
La salida de Urresti es una noticia positiva. Los cambios son necesarios, cuando el titular no está haciendo las cosas bien y está aprovechando recursos del Estado para acumular caudal político propio.
José Luis Pérez Guadalupe, el nuevo ministro del Interior, es una persona preparada que ha impulsado cambios de fondo en el sistema carcelario. Desde el inicio de la gestión de Humala, Pérez se encargó de ordenar la casa. Lo cual en el sistema penitenciario es una tarea titánica. Si bien, la tarea no está concluida, consiguió avances importantes.
Sin embargo, el sector Interior es diferente al sistema penitenciario, al que Pérez Guadalupe ha dedicado gran parte de su vida. Y el momento político también es particular. Entramos al último año del gobierno del Ollanta Humala, que es también un año dedicado principalmente a las elecciones. Las posibilidades de que el presidente respalde cambios importantes en el sector Interior son muy bajas. Si no ha logrado consolidar siquiera un discurso de reforma policial en estos años, ¿qué se puede esperar al final de su mandato?
A pesar de eso, es importante que el ministro Pérez Guadalupe de golpes de timón, en temas centrales, como corrupción policial y seguridad ciudadana, y que mire con especial atención educación policial, pues ahí se juega el futuro de la policía.
Como fuese, si algo bueno hay que rescatar de la una enseñanza nos deja la gestión de Urresti, que debe ser atendida por sus sucesores: es imprescindible que la ciudadanía perciba que el ministro del Interior está trabajando (así no sea cierto que trabaje por la seguridad ciudadana), que sale a la calle y que entiende el problema cotidiano de miles de personas que son víctimas o temen ser víctimas de la delincuencia. El papel del ministro es brindar seguridad y atacar tanto la percepción como la realidad.
1http://peru21.pe/politica/ollanta-humala-daniel-urresti-no-tiene-culpabi... (visto 27 de octubre de 2014).
2http://elcomercio.pe/politica/gobierno/urresti-reforzaremos-inteligencia... (visto 02 de noviembre de 2014).
3http://elcomercio.pe/lima/seguridad/urresti-plantea-que-no-circulen-auto... (visto 29 de octubre de 2014).
4El proyecto puede consultarse aquí: http://enfoquederecho.com/wp3/wp-content/uploads/2014/10/Proyecto-de-Ley...
5http://elcomercio.pe/lima/seguridad/ministro-urresti-anuncia-que-seguira... (ver visto 30 de octubre de 2014), http://peru21.pe/politica/daniel-urresti-no-esta-convencido-eliminar-sis... (visto 01 de noviembre de 2014).
6http://elcomercio.pe/politica/gobierno/urresti-sicariato-solo-preocupar-... (visto 01 de noviembre de 2014).
7https://redaccion.lamula.pe/2014/10/14/humala-y-urresti-lanzan-increible... (visto 30 de octubre de 2014).
8http://www.rpp.com.pe/2014-10-28-daniel-urresti-amenaza-a-policia-con-en... (visto 01 de noviembre de 2014).