Lectores en el papel

Durante el 2014, una gran operación que demandó mucho más de cien millones de soles, fue llevada adelante por los tecnócratas del Ministerio de Educación (Minedu). El objetivo: dar un salto en los resultados de la evaluación censal que cada año se toma a segundo de primaria. Las pruebas internacionales nos tienen compartiendo el último lugar con Haití y Azerbaiyán, hace demasiado tiempo, en comprensión lectora. ¿Existen maneras de incrementar la cifra de niños que comprenden lo que leen? Sí. ¿Las acciones y presupuestos utilizados incrementaron las cifras de niños que aprueban las pruebas censales? Sí. ¿Quiere decir que hoy tenemos 11 niños más de cada 100 que comprenden lo que leen? Aquí comienzan los problemas.
Hace muy poco, los colegios preuniversitarios fueron prohibidos, por una sencilla razón: entrenaban a sus alumnos para pasar un examen, no para que desarrollen sus capacidades. Una vez en la universidad, la mayoría de esos niños fracasaban, porque estudiar es leer y leer es comprender y ellos no comprendían.
Los resultados de la prueba censal, celebrados por los tecnócratas del Minedu, no solo han creado un espejismo respecto a la mejora de la educación peruana, además, han desperdiciado una fortuna porque han sido logrados con métodos tramposos que ponen en peligro a una nueva generación.
Lectores sin libros
En la campiña de Huaura, a menos de 100 km al norte de Lima, hay un colegio con doscientos niños llamado I.E. María de Fátima. Muchos de los padres de los escolares que estudian allí no saben leer.Aún así, la escuela acaba de ganar los bonos por desempeño debido al exitoso papel representado por sus niños en la prueba censal de comprensión lectora y matemática.
El director ha recibido tres mil soles, los profesores de segundo grado igual, y dos mil quinientos los de primero. En total, en todo el país, han sido casi diez mil profesores entre los que el Minedu ha repartido 75 millones de soles.
La profesora Daysi Marín enseña en esa escuela. Cuando le pregunto cómo lograron el resultado, me dice que fue un esfuerzo de todos. Pero eso no dice nada. Quiero detalles. Cuando le pregunto si tienen libros en el colegio, me responde que a veces hacen campañas de recolección entre los estudiantes de la ciudad, me dice que cuentan con una biblioteca general, pero con libros muy antiguos. Le pregunto si sabe cuántos libros han leído o les han leído a sus niños en el año y me responde que lo importante no es leer muchos libros sino comprender bien uno.
Ya he escuchado esa respuesta, en demasiados lugares y es penosa. La profesora Daysi dice que sus bibliotecas de aula cuentan con las propias creaciones de los niños. Y lo que entiendo es que la biblioteca es en realidad un depósito de libros y cajas cubiertos de polvo, a donde los niños jamás van. Lo que dice la profesora es que a falta de libros, forra los trabajos de los niños y con eso llena sus estante. Entonces me pregunto, si estos niños no tienen nada qué leer, y en consecuencia, leen muy poco o no leen ¿Cómo han superado los test de comprensión? Es como si tomáramos examen de esquí acuático, y nadie tuviera esquí acuático, pero una gran cantidad de niños aprobara el test de esquí acuático, sin haberlo practicado. Algo así sería cosa de magia.
En Calgary, Canadá, para que un niño pase a primer grado, sus padres deben haberle leído cien títulos infantiles.¿Por qué hacen esto los canadienses, una de las sociedades con mejores indicadores en desarrollo humano? No es difícil imaginar cómo la cantidad de palabras nuevas, dibujos, figuras alimentan el cerebro de ese niño, cómo le revelan un mundo que hace segundos no conocía, cómo lo inducen a preguntar, a saber más, porque está formándose en su interior un poderoso y veloz tejido neuronal, estimulado además por esa relación afectuosa que experimenta un niño cuando le leen y que fortalece su carácter y su inteligencia emocional.
En el Perú, la profesora Deysi Marín me dice que para desarrollar la comprensión lectora de sus niños usan, entre otras cosas, las laptops que el Ministerio de Educación ha repartido.
¿Qué hacen los niños frente a su laptop? Juegan, lo cual es perfecto porque a esa edad los niños solo deberían jugar. Pero he visto uno de esos juegos y, la verdad, no querría que mi hijo a los siete años lo sufriera. Se llama “Hablar con Sara”. Los niños escriben una palabra y Sara habla, si está “mal” escrita, si lo que ha tecleado el niño está “mal” ortográficamente, la maquina se lo dice. Como siempre, la escuela enseñándote que haces mal las cosas.
El juego parece bastante aburrido, y la gráfica es patética: una cara de ojos enormes, y un espacio para poner la palabra bien o mal escrita. Quizá a los niños les gusta, o quizá no. Pero lo que resulta obvio es que los niños, con ese juego, no están leyendo, están pasando por un entrenamiento para aquellos que quieren formar niños que compitan en percentiles o en deletreo. ¿Eso es un niño lector? No.
El error
Dejemos en claro algo: las capacidades humanas se desarrollan solamente con la práctica. La imaginación, la creatividad, el juicio crítico, son capacidades intelectuales que en forma de módulos vienen instalados en el cerebro humano y la lectura, la alimentación, el afecto impactan, estimulan, desarrollan, afinan y potencian. No se puede, estrictamente hablando, enseñar a comprender ni a inferir, ni a criticar. Lo que hacemos para que un niño desarrolle esas capacidades y habilidades es precisamente dejarlo leer y mucho.
Para lograrlo, es preciso crear condiciones sociales favorables para que el niño lo haga. Imaginemos que quieres que tu hijo toque el cajón. Bueno, le pones un cajón cerca, lo acompañas a que lo aporree, lo invitas a que le guste. Si le gusta, el gusto lo invitará a practicar, la práctica continua crea el hábito. El hábito desarrolla y afina las capacidades. Nada ha superado el resultado que ocasiona este proceso.
Pero, ¿hay formas de saltarse el proceso que conduce al desarrollo de capacidades? Depende. Si tu hijo dará un examen de cajón y quieres que lo apruebe, le puedes enseñar unos ritmos, luego lo torturas para que los aprenda y no los olvide. Lo sometes a los exámenes, una y otra vez, y seguramente lograrás que pase.
Pero, si nunca desarrolló el gusto por el cajón, es posible que jamás se acerque a otro. Y si le gustó, y quiere seguir tocando, pero le das la noticia de que no hay más cajón, que mandaron uno solo y que este se rompió, entonces quizá todo haya terminado para este cajonero en potencia. Profesores de distintas regiones del país me han confirmado que algo así ha sucedido en el 2014.
Los resultados de la prueba censal, celebrados por los tecnócratas del Minedu, no solo han creado un espejismo respecto a la mejora de la educación peruana, además, han desperdiciado una fortuna

La carrera por los bonos
En Ate, la profesora Janeth Marcelo Santiago, me narra que la presión de la Ugel para que los profesores de primero y segundo cumplan con las “sesiones de aprendizaje” se manifiesta en la visita permanente de supervisores que realizan “acompañamientos pedagógicos.”
“Es como preparar a los niños para un examen. Aunque al ver más de cerca los propósitos en las sesiones, hay otros. Lo que ocurre es que vienen y ven que el profesor cumpla los momentos de las sesiones planificadas y que éstas tengan relación con las unidades de aprendizajes. Los libros de texto vienen con ejercicios de comprensión lectora y los profesores tienen que aplicarlos", manifiesta.
La profesora Elizabeth Quispe enseña en un colegio particular de Lima norte, además es hija de dos directores de colegio nacional y acaba de someter a su propia hija a la prueba censal: “Ha salido bien”, me dice. La niña tiene solo seis años, los niños de segundo, ocho. A su hija recién le tocará dar esa prueba el próximo año, pero es una niña lectora.
“Yo no trabajo con primaria , pero creo que si los preparamos para esas pruebas, con esa meta, estamos esperando poco", me dice la profesora. Me causa curiosidad que tenga la prueba en casa, pero recuerdo que es hija de directores de colegio.
Continúa: “La evaluación se toma en noviembre y luego la entregan en paquete al colegio. De esa prueba, los profesores hacen fichas y boletines similares. Hay colegios en los que dejan de lado el inglés, arte, computación para repasar estas pruebas con el objeto de que los niños pasen las evaluaciones".
"¿El objetivo no es entonces que los niños comprendan lo que lean, y sean lectores?", le pregunto.
La profesora Quispe me responde:“No, el objetivo es pasar la prueba, porque en el colegio público da plata y en el privado prestigio. Todos los años cada colegio está obligado a entregar los resultados. Nadie quiere entregar reportes que molestarán a los padres”.
Sabino Tinta Ayma es especialista de la Dirección de innovación pedagógica del Ministerio de Educación y responsable del concurso Buenas Prácticas, que cada año premia a proyectos y profesores innovadores de todo el Perú. “A veces me preguntan por qué muchos de las escuelas seleccionadas por sus buenas prácticas pedagógicas no figuran en buenos lugares en las pruebas censales. Y eso es porque el enfoque en las buenas prácticas es holístico. En cambio, las regiones y las escuelas han entrado en una competencia por recibir los bonos. En el Cusco hasta se han abierto academias para hacer que los niños pasen los exámenes, como si fueran academias pre universitarias, todo enfocado a resolver la prueba censal", afirma.
¿Para qué es la prueba censal?
Una de las razones por las cuales los niños deben pasar por las pruebas censales, según lo anuncia el Minedu es su página web, es porque “una detección temprana del déficit en el desarrollo de las capacidades instrumentales de los estudiantes permite una intervención con mejores resultados, evitando así que estos déficits se hagan mayores".
Según la última prueba censal, 11 niños más, de cada 100 escolares peruanos “han superado el déficit en el desarrollo de sus capacidades instrumentales". Pero dado que la practica ha sido entrenar para una prueba y no desarrollar prácticas lectoras placenteras, habituales, continuas, diversas, ¿qué hemos producido con tantos millones de soles: un lector o un niño entrenado para pasar un test?
¿Qué le pasa a un niño que no comprende lo que lee? ¿De qué hablamos cuando decimos que un niño no comprende lo que lee? Si no lo hace será excluido de la posibilidad de comunicarse con el mundo, de entenderlo, de recrearlo, de pensarlo y cuestionarlo. Tiene enormes probabilidades de crecer siendo incompetente para salir de la pobreza económica y seguramente será excluido de la riqueza cultural y social porque será una persona con pocos recursos para comunicarse horizontalmente con el resto, estará limitado para autoformarse continuamente en una sociedad donde la comunicación, la información y la creatividad son la base de la generación de la riqueza.
Nos repiten siempre que el Perú tiene millones de niños que no comprenden lo que leen. En realidad, lo que tenemos son millones de niños excluidos de la posibilidad de leer. El libro y la lectura les han sido arrebatados, y en su lugar han puesto sobre sus carpetas libros de texto que deben memorizar para dar exámenes. Leer no es memorizar.
Lo que ocurre en el Perú - y los funcionarios del Minedu no pueden ignorarlo - es que los niños carecen del acceso libre y diverso a la lectura. Ni ellos ni sus maestros, ni sus padres, reciben el servicio de biblioteca pública escolar que les de la libertad de elegir, disfrutar y practicar libremente de lecturas que agudicen sus capacidades intelectuales.
Jamás he conocido a un solo niño que no le guste leer o que le lean. Conozco niños que no pueden leer porque sus capacidades y habilidades se han atrofiado.
Durante más de tres décadas, el Estado peruano ha comprado por cientos de millones de soles libros de texto que no han producido impacto alguno en la formación de lectores. ¿Por qué si algo no funciona seguimos haciéndolo? Porque alguien gana mucho dinero con esto.
Si quisiéramos que los niños tomen agua, lo lógico sería que pusiéramos cerca de ellos grifos de donde saliera agua potable. Si queremos niños que comprendan lo que leen, lo lógico sería que comenzáramos a animarlos a leer, poniendo a su alcance y al de sus maestros libros, muchos libros.
El sistema de bibliotecas está muerto
En el año 1982, el sistema nacional de bibliotecas fue desplazado del Ministerio de Educación a la Biblioteca Nacional –ente estatal con mínimos recursos-, donde aún hoy existe una especie de oficina fantasma incapaz de financiar y dirigir la creación, organización y crecimiento de las bibliotecas de casi cincuenta mil escuelas públicas.
Desde entonces, hasta hoy, no hay una sola oficina en el Ministerio de Educación encargada de que ese servicio exista realmente. Acaban de invertir 200 millones en libros de lectura, ahora el problema a resolver es quién recibirá esos libros en cada escuela. ¿Quién los administrará?
Lo que sucederá con muchos de ellos libros, si no envían “acompañamiento pedagógico” que supervise la apertura de las cajas y su uso, es que acabarán en la oficina del director o encajonados en los depósitos de cosas viejas que suelen llamar biblioteca.
¿Los millones gastados el 2014 han servido para formar niños lectores que leerán toda su vida? ¿O han entrenado a niños para pasar un test?
Si la respuesta es la segunda, lo que hemos vivido en el Perú es nuevamente una burla y una estafa. La escuela pública peruana es responsable del desarrollo de las capacidades de casi seis millones de peruanos y de casi cuatrocientos mil maestros. Leer es un conjunto de habilidades que no pueden ser desarrolladas con fichas y cuadernillos de preguntas. Esto no pueden ignorarlo en el Minedu ni ningún especialista. Entonces ¿por qué lo han hecho y a quién ha beneficiado?
Por lo pronto, a los niños del Perú, no.
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