La izquierda frente a las elecciones del 2016

La izquierda frente a las elecciones del 2016

Pilar Arroyo R. P. Instituto Bartolomé de las Casas
Ideele Revista Nº 249

(Foto: La República)

Parece que ya está meridianamente claro que la izquierda irá a las elecciones presidenciales en dos agrupaciones. Por un lado tenemos a Tierra y Libertad (Dignidad) con el membrete de Frente Amplio, con inscripción vigente.

Por el otro el frente de centro izquierda, que se dio a conocer el jueves 9 de abril. Por ahora lo integran Ciudadanos por el Cambio, Fuerza Social, Patria Roja, Partido Comunista Peruano y el Partido Humanista, así como también gremios laborales, movimientos regionales y diversos colectivos sociales. Harán uso de la inscripción vigente del Partido Humanista, pero con otro nombre que está por definirse.

En la reunión de presentación del mismo se anunció que el candidato presidencial será elegido mediante votación general. En el mismo evento Susana Villarán señaló que no irá en la plancha presidencial y que actualmente está avocada a la formación de cuadros y el crecimiento del movimiento, viajando por todo el país.

Las diferencias que han llevado a este resultado son:

En cuanto al objetivo en las elecciones del 2016
Para Tierra y Dignidad el objetivo principal es aprovechar las elecciones para perfilar una opción netamente de izquierda, dentro de un proceso de acumulación de fuerzas de mediano plazo.
En cambio para el frente de centro izquierda el objetivo principal es proponer una alternativa ante la inminencia de que la extrema derecha se haga de la presidencia en el 2016, lo que hoy es altamente probable.

En cuanto a la política de alianzas
Pedro Francke, Coordinador Nacional de Tierra y Libertad, considera imposible la alianza con el Partido Humanista, por considerar a Yehude Simon responsable del Baguazo. En un artículo señala que “no hizo nada ante la protesta de los indígenas amazónicos (…) y ni siquiera tuvo la decencia de renunciar al cargo” . Y agrega que “conseguir un vientre de alquiler o llegar a pactos sin importar la trayectoria del aliado no es una opción de cambio”. 

En cambio para el frente de centro izquierda, la amenaza que se cierne sobre nuestro país obliga a armar la más amplia correlación de fuerzas que permita evitar que esto suceda. Y esto incluye además de la izquierda al centro. Para ellos “un grave peligro se cierne sobre el país: que en las elecciones del 2016 triunfe otra vez una opción conservadora y autoritaria, que siga profundizando el modelo neoliberal, agudizando los males que agobian a nuestra nación” .

Simon y el “Baguazo”
Dado que supuestamente éste ha sido uno de los obstáculos centrales para concretar la unidad de la izquierda nos permitimos opinar al respecto. En la entrevista que Yehude Simon tuvo -el 18 de marzo del 2010- con los autores del Informe en Minoría de la Comisión Especial para Investigar y Analizar los Sucesos de Bagua él manifestó que “con el presidente acordamos que se lleven armas disuasivas que significa esas normas de goma duele pero no mata; hay que tener cuidado, esa fue la decisión que se tomó" .

Se olvida, además, que él jugó un importante rol (junto con la Defensora de Pueblo y el Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana) para parar la cacería humana que se desató contra la población de esa zona luego de los sucesos de la “Curva del Diablo” y de la Estación 6.

También que inmediatamente constituyó una mesa de diálogo con indígenas de la Selva Central, fruto de la cual se acordó la derogatoria de dos de los decretos (1090 y 1064) objetados por los indígenas, y se acordó la constitución de 4 mesas de diálogo entre la representación indígena y el gobierno, en el marco del Grupo Nacional de Coordinación para el Desarrollo de los Pueblos Amazónicos.

La derogatoria de los decretos y las mesas posibilitaron el levantamiento de la protesta. Una vez instaladas las mesas de diálogo renunció, en Julio del 2009. Es decir producido los sucesos su rol fue básicamente pacificador.

Para el frente de centro izquierda el objetivo principal es proponer una alternativa ante la inminencia de que la extrema derecha se haga de la presidencia en el 2016, lo que hoy es altamente probable.

No hay diferencias programáticas importantes
Un breve repaso de los pocos documentos donde ambos sectores exponen sus propuestas, así como de las declaraciones de sus principales representantes nos permite afirmar que sus propuestas no son sustancialmente diferentes, veamos:

+ Ambos plantean la necesidad de cambios en la política económica neoliberal, así como también la diversificación de nuestra economía, con una mayor atención al desarrollo del mercado interno y a los pequeños productores de la ciudad y el campo.
+ Ambos plantean que el crecimiento económico debe ser social y ambientalmente sostenible y para ello se requiere de una mayor presencia del estado regulador.
+ La necesidad de redistribuir los frutos del crecimiento también juega un rol central en ambas propuestas
+ Así como también la necesidad de garantizar el acceso universal a servicios públicos de calidad, enfatizando educación y salud.
+ Ambos destacan la necesidad de retomar el impulso al proceso de descentralización.
+ Para ambos la lucha contra la corrupción es central, así como la defensa de los derechos humanos.

Nuestra impresión es que la unidad no ha sido posible debido a las mismas razones por las que en su momento se frustró Izquierda Unida, la falta de entendimiento de lo que es un frente, y de que la unidad es un proceso que se construye en medio de la diversidad y requiere de una amplia tolerancia, enfatizando lo que une y dejando de lado los matices que nos diferencian. En eso deberíamos aprender de la derecha.

Manuel Guerra señala que “en parte de la izquierda se toma como línea divisoria de lo que es correcto o incorrecto, de lo consecuente o inconsecuente, la posición respecto de personajes como Susana Villarán, Salomón Lerner o Yehude Simon. No se parte por un análisis de conjunto de las debilidades y fortalezas en el campo popular, de la correlación de fuerzas y las tendencias dominantes, de establecer la contradicción principal a resolver, de la estrategia que ha puesto en marcha la derecha cavernaria, de la necesidad de aglutinar al máximo de fuerzas para enfrentar a la amenaza del continuismo neoliberal. Se parte de la descalificación a las citadas personas y a partir de allí se establece la política de alianzas. El sectarismo que se nutre de todo lo señalado, siempre va a presentarse como purista, como símbolo de la honestidad, de la consecuencia, reserva moral o ángel justiciero” .

Coincidimos con Alberto Adriánzen cuando señala que “en las próximas elecciones se va a jugar si la o las izquierdas son una fuerza marginal en el futuro, como quiere la derecha, o si más bien inicia(n) un proceso de acumulación de fuerzas, de renovación política y de reconexión con los sectores populares, que les permita salir de su actual condición que no es otra que la de ser una fuerza minoritaria”. Así como con su llamado a “tener una política más responsable en las izquierdas y terminar, más allá de que se logre o no la unidad, con lo que ha sido una constante en estos grupos: la lucha fratricida. Y ello implica por un lado, que tomemos conciencia que nuestro enemigo no está al costado sino al frente y que es poderoso, y por otro, que el mañana se juega hoy y concretamente el próximo año” .

Agregar comentario

La izquierda, tiene que

La izquierda, tiene que hacerse el esfuerzo, por ir todos juntos, para poder competir con los partidos tradicionales. otro punto, es que se de mas oportunidad a la juventud,los candiadatos, deben ser propuestos desde las bases.

Medio ambiente

Entrevista