Con jean y sin tawas

Con jean y sin tawas

Patricia Wiesse Directora de la Revista Ideele
Gerardo Saravia Editor de la Revista Ideele
Ideele Revista Nº 244

El líder nacional, Alberto Pizango, ha dejado su tawas: viste jean y camisa blanca y prefiere hablar en castellano. En general, la estrategia de los abogados es que los indígenas nieguen su participación en el Paro Amazónico, o al menos que la relativicen. ¿Por qué pisar el palito de la criminalización de la protesta?

Las respuestas de los indígenas en los interrogatorios sorprenden, por decir lo menos. Desconocen todo. No conocen la existencia de ORPIAN, no saben quiénes son los líderes, no conocen a Pizango. A la Curva del Diablo  llegaron prácticamente de casualidad.  Como si haber estado allí, o haber coordinado la protesta, fuera un hecho criminal y vergonzoso del que se debieran desprender. ¿Acaso la protesta está criminalizada en el país? 

El planteamiento de la Fiscalía es: hay unos presuntos asesinos que están siendo juzgados por el homicidio calificado de 23 policías, y unos líderes indígenas que los han instigado a cometer esos asesinatos. Los cargos son tremendos y los abogados pisan el palito: Aceptan que se enfoque el juicio como uno penal cualquiera.

Por sus características, éste no se debe descontextualizar : los sucesos ocurrieron durante el Paro Amazónico, una protesta que se realizó para exigir la derogatoria de varios decretos leyes. 

Como afirma Walter Powosino, representante de la Comisión Episcopal de Acción Social, que ha asistido a todas las audiencias: “Este proceso penal busca castigar y encontrar al culpable o culpables de lo que ocurrió el 5 de junio del 2009. Tiene una perspectiva meramente punitiva. La discusión se centra en las consecuencias del desalojo, y no en las causas por las que los indígenas se movilizaron”. 

Estamos ante el juicio más importante de la historia de la Amazonía peruana, y nadie quiere darse cuenta de ello. Es uno de los principales hechos de la historia del país en los últimos años, un proceso de alto contenido político, y ni los operadores de justicia, ni los abogados parecen estar a la altura. Tampoco los medios de comunicación que solo informarán cuando salga la sentencia. No se está reivindicando la lucha y la organización que acabó con unos decretos nefastos.

Todo lo contrario: se le quiere hacer aparecer como un hecho vergonzante. Es cierto, la muerte de los policías y de los indígenas fue una vergüenza nacional, de la que el gobierno de Alan García se está sacudiendo muy fácilmente. Y desgraciadamente la orientación de este juicio contribuye a ello.

En esta sala sofocante falta alguien que se pare y ponga los puntos sobre las íes. Alguien que reivindique el liderazgo de un Pizango que ganó la batalla, aunque ahora parezca opacado y derrotado. Alguien que reivindique la fuerza de la organización regional que finalmente arrinconó a un gobierno que tuvo que retroceder. Alguien quien grite a los cuatro vientos que los líderes son inocentes. Alguien que les haga recordar a los operadores de justicia de Amazonas, que los señores  presentes en esa sala no han matado a ningún policía. Que ya les han hecho las pruebas de absorción atómica y que éstas han salido negativas. Los líderes que están siendo juzgados tampoco han instigado a nadie a quemar locales públicos, ni a amotinarse, ni han dado órdenes de matar a los policías. Se enteraron después. Santiago Manuin afirmó que él supo de las muertes varios días después, cuando despertó en el hospital. 

La estrategia de Pizango

¿Es que ya no hay líderes que estén dispuestos a morir por la causa? ¿O eso ya pasó de moda? ¿No debe sorprender que el dirigente nacional actúe como Pilatos?  Qué tremendo desamparo deben sentir los indígenas de la Amazonía que están siguiendo los pormenores del juicio al darse cuenta de que nadie sacará la cara por ellos.

Por el momento, Alberto Pizango no quiere dar declaraciones. Dice que se siente hastiado. Las idas y vueltas en el juicio han desgastado su economía y salud. Se le ha diagnosticado soriasis y su deterioro es evidente.

Desde un inicio la estrategia de defensa del líder indígena  no parecía guardar relación con la de los demás indígenas. Una suerte de “sálvese quien pueda” parece ser el sentimiento en los procesados, incluyendo a su máximo dirigente.

El interrogatorio al líder de AIDESEP, la central indígena que convocó al Paro Amazónico, duró unas siete horas. Sus respuestas eran traducidas al awajun y wampis para que el resto pudiera entender. Aunque en realidad no fue muy complicado porque repitió lo mismo una y otra vez. Lo interrogó el fiscal que, para sorpresa de todos, no repreguntó. Los jueces lo dejaron hablar. Zabarburú  se bloqueó o le creyó, porque tampoco repreguntó. Los vocales siguieron su ejemplo.

Desconoció todo. Prácticamente dijo que la Organización Regional de Pueblos Indígenas de la Amazonía Norte (ORPIAN) actuaba por su cuenta, lo cual es imposible porque se trata de una base regional que figura en la estructura orgánica de AIDESEP, y era la que implementaba las directivas de la central indígena. 

Sabemos que Pizango es challawita y que, por lo tanto, no habla ni entiende awajun, que puede no conocer las costumbres de los indígenas de Amazonas, en tanto vive más arriba de Yurimaguas, en el departamento de Loreto. Hasta ahí llega nuestra credulidad. Pero quiso forzarla hasta límites inadmisibles cuando afirmó que no conocía a Santiago Manuin, el líder histórico de los awajun. (Una cosa es que no sean amigos, pero que no se conozcan es imposible.)

Carlos Barreto es su abogado, lo representa y habla por él: “El Paro Amazónico no se dio solo en Bagua sino en muchas regiones, y en las comunidades de los 64 pueblos indígenas. Cuantitativamente hablando fue mucho más poderoso en Ucayali. Sin embargo, tenemos que recalcar que los hechos de supuesta violencia de indígenas hacia policías see da básica y aisladamente en Bagua”. 

Cierto, el Paro Amazónico fue mucho más que el Baguazo. Se trató de una lucha de dos meses en respuesta a los decretos legislativos que pretendían “poner en valor” la Amazonía peruana. Pero el Baguazo  fue parte y consecuencia del paro, y es el motivo por el cual se está procesando a más de treinta indígenas, incluido Pizango.

La defensa de Pizango plantea una relación difusa entre la dirigencia en Lima y las bases que pararon la Amazonía. Cuando le preguntamos acerca del conocimiento que tenía Pizango de lo que estaba ocurriendo al interior del país, respondió que el presidente de AIDESEP no era awajun y que, por lo general, los dirigentes regionales mantienen relaciones con los pueblos de los cuales son oriundos. “Recordemos que Alberto no es ni awajun ni wampis, y que tampoco habla su idioma. Él siempre ha tenido conexión con su pueblo shawi y con ellos tiene permanente comunicación”, afirma Barreto.  Además, el abogado sostiene que, si bien él era el principal, AIDESEP tiene cinco dirigentes nacionales, y cada uno de ellos pertenece a un pueblo distinto. “Cada uno de ellos tiene conocimiento de primera mano de las decisiones que se toman en sus pueblos”, aclara.

La defensa que está articulando Pizango no pasa por la reivindicación de las jornadas de lucha, ni por asumir las acciones de presión que se realizaron esos días a fin de forzar un diálogo estancado, sino más bien por tomar distancia de estos hechos. Según Barreto: “Lo que la gente debe entender es que la palabra lucha no viene aparejada de la palabra violencia. Hay diversas formas de lucha. Nosotros en AIDESEP la entendemos como presentar propuestas en las mesas de diálogo, y a esto nos hemos abocado desde el año 2008. Hasta la actualidad seguimos integrando mesas con el Gobierno, y seguimos haciendo acuerdos para la mejora en la cobertura de los derechos de los pueblos indígenas”.

El representante de Pizango sostiene que ellos no califican como  legítima cualquier acción de protesta.  Y va más allá: “No forma parte de la política de AIDESEP pronunciarse sobre la legitimidad de alguna toma de carretera. Cualquier persona que lo diga lo hará a título personal”. Esta posición es peligrosa e insostenible. Si los cinco días anteriores al Baguazo , Alberto Pizango estuvo en Lima como protagonista de un frustrado diálogo, fue por la presión social que se expresaba en esas acciones de fuerza. En ningún momento se le escuchó tomar distancia o declararse en contra de dichas medidas de lucha. (¿Es que nos quieren hacer creer que el diálogo resuelve todo y que no se necesita la presión? ¿O es que existe un mundo intercultural perfecto en el que los pueblos indígenas no son  ninguneados  y no nos hemos dado cuenta?

Otro peligro de la estrategia legal planteada por Barreto y Pizango es que los demás procesados vean en su defensa la intención de solamente salvar su pellejo, que la desesperación cunda, y que cada uno piense en emplear cualquier tipo de mecanismo con tal de ser liberado. Los tiempos de la guerra interna nos dejaron lecciones terribles: una situación que combinaba tribunales ignominiosos y desesperación de los detenidos (muchos de ellos inocentes, como se comprobaría después.)

Barreto, en defensa de Pizango, explica que AIDESEP se rige por un tipo de democracia muy distinta a la de los organismos occidentales. En su caso no se trata de un grupo de dirigentes que toman decisiones y las comunican a las bases. La lógica en los indígenas amazónicos es distinta: son las bases quienes toman las decisiones y los dirigentes las ejecutan.

En este juicio el “uno para todos y todos para uno” ha sido cambiado por el “uno para todos y ninguno para mí”.

Si la defensa de los líderes regionales no se vuelve más agresiva y contundente, lo más probable es que el partido se pierda por goleada. Pero éste no es un simple juego, sino uno en el que se juega con vidas. Para empezar, con la de Santiago Manuin.  

El final estaría cantado: Se liberará al grupo mayoritario que ni siquiera sabe por qué está acusado, y el ensañamiento tendrá nombres y apellidos. Pizango, el mediador que no sabe nada, será librado. Enhorabuena. Pero no es justo que los líderes locales sean condenados a 35 años y/o a cadena perpetua. De esa forma, se descabeza al movimiento awajun-wampis, se criminaliza la protesta, se venga a Alan García, y se le saca una piedra fastidiosa que tiene hace cinco años en el zapato. De cumplirse el pronóstico, solo queda ir preparando el terreno para llevar el caso a las instancias Si la defensa de los líderes regionales no se vuelve más agresiva y contundente, lo más probable es que el partido se pierda por goleada. Pero éste no es un simple juego, sino uno en el que se juega con vidas. Para empezar, con la de Santiago Manuin.  

El final estaría cantado: Se liberaría al grupo mayoritario que ni siquiera sabe por qué está acusado, y el ensañamiento tendría nombres y apellidos. Podría ser que Pizango, el mediador que no sabe nada, sea librado. Enhorabuena. Pero no es justo que los líderes locales sean condenados a 35 años y/o a cadena perpetua.

De ser así, se descabezaría al movimiento awajun-wampis, se criminalizaría la protesta, se vengaría a Alan García, y se le sacaría una piedra fastidiosa que tiene hace cinco años en el zapato.  La situación perfecta para lanzar su candidatura presidencial para el 2016. De cumplirse el pronóstico, solo queda ir preparando el terreno para llevar el caso a las instancias internacionales.

 A pesar de su situación y de la orientación del juicio, Pizango y su abogado se muestran optimistas: “Alberto se siente seguro, piensa que no lo van a condenar. Está seguro de que la acusación se va a caer, y que este juicio se va a resolver con la absolución de todos los hermanos awajun y wampis que están procesados.”  

Estamos ante un discurso por demás esquizofrénico.

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Otras opciones no tienen los

Otras opciones no tienen los abogados y dirigentes. Se pongan beligerantes o no, el final está cantado. Tienen todo a cuestas.

No es posible que se le

No es posible que se le facilite un mejor abogado?, es que no hay organismos internacionales que luchan por los derechos de las comunidades indígenas que puedan prestar este apoyo a nivel internacional, se está hablando de un precedente en la lucha contra el abuso a las comunidades y el ecosistema y estan completamente abandonados????, de la defensa de esta causa dependendemos todos

El IDL junto a otros

El IDL junto a otros organismos de derechos humanos está patrocinando a un grupo de indígenas en este juicio. A Pizango lo está defendiendo un abogado de AIDESEP. No creeemos que sea problema de abogado sino de la estrategia por la que han optado y eso es responsabiulidad de Pizango y la dirigencia de AIDESEP.

IDEELE no le puede facilitar

IDEELE no le puede facilitar un abogado, siendo un medio de comunicación y teniendo contactos con distintos organismos e instituciones no puede gestionar un abogado?

Interesante nota. un error:

Interesante nota. un error: pizango si habla awajun pues es pareja sentimental desde el 2006 de agustina mayan hermana awajun del cenepa y administradora de Aidesep y ella habla awajun muy bien y pizango ya aprendio pues todo el mundo le escucha hablar a los dos en ese idioma

EStimado señores,

EStimado señores,

Lo que el abogado llama estrategia es lo que realmente sucedió, Alberto Pizango no sabía cómo se venía asumiendo el paro Amazónico en el interior del país, menos en el Alto Marañón, donde los Awajún y Wampis lo lideraron sólos. Pizango asumió un liderazgo que no le correspondía frente a los medios de comunicación y, por supuesto, todos también asumieron que él era el representante oficial de todos los pueblos indígenas en el Perú: Sólo por ser presidente de AIDESEP.
Por ello, los amigos de la defensa indígena, ONGs de reivindicación y la cooperación intenacional que les apoya, no dicen nada sobre este tema y mantienen la imagen de que la AIDESEP expresa en realidad el movimiento indígena amazónico en el Perú, cuando realmente es un conjunto no articulado de federaciones regionales, supralocales y locales fraccionadas por diversos motivos: políticos, económicos y sociales.
En el escenario del juicio, lo que Pizango y su defensa han planteado no es mas que la verdad, él no sabía nada de lo sucedido con los Awajún y Wampis. Se subió al coche de la fama y de la fiebre de liderar un movimiento indígena inexistente en el país. Si ustedes no le creen es porque también consideran que en el Perú existe un movimiento indígena fuerte y liderado por AIDESEP, lamento . Santiago y los demás dirigentes saben que eso es así. Por propia versión de ellos, hasta el 27 de mayo del 2009, estando en Bagua no habían recibido ningún apoyo de la AIDESEP.

Entrevista

Colaboraciones