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Los beatos tienen razón cuando argumentan que la orientación sexual está programada desde la gestación en el cerebro (véanse los estudios de los neurólogos Benjamin Le Vay y Dick Swaab). Los beatos yerran cuando arguyen que los sexos femenino y masculino implican solamente las orientaciones heterosexuales.
Los homosexuales son mujeres y hombres, como todas las mujeres y todos hombres, excepto en su orientación sexual. Un homosexual es hombre, y una lesbiana es mujer. Hay estados intersexuales genéticamente creados (cromosomas XX en cuerpo de hombre, por ejemplo; búsquese "Intersexualidad"). Los beatos no entienden el origen natural de la intersexualidad.
La orientación sexual es innata, aunque puede alterarse o confundirse en la infancia y en la adolescencia si se sufre violencia o presión psicológica (Platón estaría hoy preso por violador de jóvenes). Fuera de estos casos, una persona desarrollará su orientación sexual innata: hetero-, homo-, bi-, transexual, etc.).
La gente izquierda debe leer más biología para enfrentarse con los reaccionarios que sí saben de qué hablan, como Agustín Laje. Me da vergüenza escuchar a gente amiga hablar sandeces sobre la "opción sexual", como si uno pudiera escoger su orientación sexual. No hay "opción sexual".
Un problema de la izquierda y del feminismo es que se han dejado contaminar de las estupideces posfeministas o "queer", como las de las chifladas Kate Millet, Judith Butler y Beatriz Preciado. Estas y otras señoras postulan que no hay identidades sexuales naturales y fijas pues todas son "fluentes", "construcciones sociales". Tales señoras son tan ridículas que no se percatan de que nadie escogería ser gay o queer si pudiese evitarlo pues nadie quiere sufrir por ser gay o queer. Así pues, la orientación sexual es innata, no se cambia y no se "cura".
Debido a esas y otras señoras, al feminismo se le han metido borrachas en la fiesta, y ya no hay quien las saque. Consecuencias: desprestigio creciente del feminismo y surgimiento de pestes como el "feminismo radical"-hembrista-misándrico.
El feminismo se reduce a la creación de leyes igualitarias para mujeres y hombres, y al respeto social por las mujeres. El feminismo no tiene nada que ver con las "identidades". Estos son asuntos privados, íntimos, que a nadie importan, salvo que una persona sufra discriminación o violencia por causa de su identidad sexual. Estos ataques sí convierten la identidad de una persona en un problema de todos los defensores de los derechos humanos.
De paso sea dicho, la ciencia se equivoca y la ciencia se corrige a sí misma (en realidad, científicos corrigen a científicos). El racismo recibió el aval de la ciencia del pasado, pero este aval fue corregido por otras investigaciones biológicas, no por tesis filosóficas. Ningún "estudio de género" puede corregir los errores de los biólogos, aunque sí pueden ofrecer estadísticas que llevan a dudar de ciertas tesis biológicas.