Terminada la primera vuelta, es un hecho que Keiko Fujimori y PPK pasarán a la segunda vuelta. A partir de eso, hay un conjunto de lecturas que se han hecho, algunas con sustento y otras bastante al...
Cuando la cámara ponchaba el rostro de Keiko Fujimori, durante el primer debate presidencial, la mirada de la entonces candidata de Fuerza Popular denotaba no solo una confianza basada en su mejor...
En las elecciones del 2016 Pedro Pablo Kuczynski tuvo el respaldo del 21% de los que asistieron a depositar su voto el 8 de abril. En esa jornada, según cifras oficiales de la ONPE, se registró un...
En realidad, el "politologo" Victor Andres "Belaúnde" Ponce nos ha mostrado, a lo largo de toda su carrera como gran "analista político" que trabaja para la corrupción. No olvidemos su vergonzosa entrevista a Alan García o se defensa sin fundamentos de Castañeda Lossio, entre otras perlas. Es sorprendente que los medios de comunicación den cabida a este tipo de personajes que ni siquiera manejan un mínimo de rigor conceptual en sus intervenciones. Uno se pregunta si el Perú está lleno de brutos o se trata solo de un cinismo desmesurado que obliga a mantener en la palestra a este tipo de personajes. En cuanto al producto de la CVR, es un documento que ningún gobierno desea recoger como elemento de su agenda política, porque todas las fuerzas políticas (de izquierda y derecha, fujimoristas o antifujimoristas) tienen como principal objetivo mantenerse en el poder. El Frente Amplio demostró, con su salida del hemiciclo, un compadrazgo de fondo con el presidente de la república. Nadie se cree que hayan sido ingenuos respecto del supuesto golpe fujimorista. Del mismo modo ocurre con los propios fujimoristas, apristas, ppkausas, acciopopulistas. Nadie está interesado en ese documento a no ser para instrumentalizarlo. El abogado Borea ha demostrado que no solo no es ingenuo, sino que es un gran cínico. El pueblo peruano es tratado por sus representantes como una partida de imbéciles. El régimen liberal está en crisis por sus propia autoridades y es seguro que el camino a la desligitimación se haga cada vez más profundo. La política, en sentido estricto, ha sido reemplazada por el interés económico al punto que la esfera pública está subordinada absolutamente a los intereses personales. Nadie se salva. En este contexto, cualquier reconciliación es imposible, porque no hay Estado soberano que pueda tomar ninguna decisión al respecto. El pueblo peruano debe conseguir por sus propios medios una nueva forma de organizarse políticamente.