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También tuve la alegría y el

También tuve la alegría y el honor de ser amigo de Pilar, y de compartir los buenos y malos momentos que pasamos en la vida tratando de ser consecuentes con el evangelio y con el cambio de nuestro país. Cuántas veces llegaba a su casa tarde en la noche, después de trabajar, y no la dejaba descansar hasta recibir las palabras de sabiduría y aliento que necesitaba para seguir adelante.
Desde el cielo, donde estás querida Pilar, sigue siendo ese faro que nos ayude a continuar en nuestros respectivos trabajos y esfuerzos para acompañar y continuar la labor que desplegabas entre nuestro pueblo.

Entrevista