Ante todo un saludo y
Enviado por Javier Ballon S... (no verificado) el
“Estaba dirigiéndome en ómnibus desde Tambogrande hasta Piura, que está a unos 45 minutos. Era uno de los ómnibus que siempre tomo y todo parecía normal. Un peruano de piel oscura, con tatuajes, se sentó a mi lado. El ómnibus se llenó y se puso en marcha. Minutos antes de llegar a nuestro destino, el ómnibus fue detenido por dos policías de piel oscura. Uno de ellos subió al ómnibus atestado y sin vacilar nos señaló al otro peruano de piel oscura y a mí y nos dijo que bajáramos del ómnibus.
Inmediatamente me interrogaron, me pusieron la cara contra la capota del vehículo y sometieron a un registro inhumano en el medio de la carretera, frente al ómnibus y a todos los pasajeros. Sin ninguna dignidad, el policía me acusó de conspirar para traer contrabando y me pidió que le diera el poco dinero que tenía conmigo. Yo le mostré mi pasaporte estadounidense y otras dos identificaciones, pero a sus ojos yo no era un ser humano, sino simplemente un delincuente negro.”
Este es el testimonio de Craig Martin, miembro del Cuerpo de Paz de los Estados Unidos. Como afroamericano, sabía del racismo en su país, pero en el Perú se ha quedado muy sorprendido por la manera abierta como es discriminado. Lo peor ha sido el trato por los integrantes de la Policía Nacional. Ha sido hostigado y detenido varias veces. En una ocasión, inclusive le robaron y lo abandonaron en la Carretera Panamericana.
Son muchos los peruanos que al conocer la historia de Craig han sentido vergüenza e inclusive se han dirigido a él para disculparse. Sin embargo, este tipo de abusos pueden ser muy comunes en nuestro país. En el caso de los afroperuanos, muchas veces los maltratos por la policía son tan frecuentes que los afectados prefieren no hablar más al respecto, en buena medida porque recordar los hechos implica revivir una situación de humillación y porque pareciera que no habrá sanción alguna para los policías racistas. Una situación muy similar la enfrentan también los peruanos de rasgos andinos, como en el famoso caso de los jóvenes de San Juan de Lurigancho, confundidos con Los Malditos de Larcomar.
En ambos casos subsiste un “perfil del sospechoso” entre los policías, que lleva a asumir a determinadas personas como probables delincuentes. Sin embargo, respecto a las mismas personas existe también un “perfil del vulnerable”, es decir la percepción que se puede abusar de quien tiene rasgos andinos o negros, asumiendo que no tendrá posibilidades de quejarse o denunciar.
Días antes del incidente sufrido por Martin en Piura, otro incidente racista se hizo público, esta vez en Lima. Carlos Zambrano, un boxeador negro, se encontraba con unos amigos en San Borja, cuando un delincuente le arrebató su celular y fugó en un vehículo. Zambrano decidió abordar su automóvil para seguirlo… pero una cuadra después la Policía y el Serenazgo de San Borja lo detuvieron, como si él fuera un delincuente. “Vieron un negrito en automóvil y pensaron que era choro” declara Zambrano.
Ante esta denuncia, el canal de televisión ATV le propuso a Zambrano un atrevido experimento: ubicarse en una calle de Lince y hacer como que quería forzar la puerta de un automóvil. Lo mismo se le pidió a un ciudadano argentino, blanco, con la misma vestimenta que Zambrano. Al argentino los vecinos lo veían con lástima o inclusive le recomendaron acudir a un cerrajero para que pudiera entrar a su auto. A Zambrano lo miraban con temor y llamaban nerviosos al Serenazgo. Al hacerse el mismo experimento en Jesús María hubo más de cincuenta llamadas, según un sereno. Solamente la intervención de los periodistas evitó que Zambrano fuera detenido.
En las últimas décadas, la condición social y educativa de los afroperuanos, mestizos y andinos ha mejorado sostenidamente, pero los estereotipos racistas están sumamente arraigados. Muchos peruanos siguen asociando estos rasgos con pobreza y poca educación y piensan que esto justifica considerar a las personas como inferiores o inclusive maltratarlas.
La diferencia es que mientras los andinos y los mestizos son grupos mayoritarios que sufren de estos prejuicios, los afroperuanos son una minoría, lo cual agrava su situación y motiva un mayor ensañamiento, como ha sucedido en los casos de Craig y Zambrano.
Los propios medios de comunicación reproducen además estos estereotipos con personajes como El Negro Mama, que es un individuo marginal y torpe que se dedica a la delincuencia. No es casualidad que este personaje de Jorge Benavides tuviera una gran audiencia: para muchos peruanos que sufren racismo, un escape es ser racistas hacia los que consideran inferiores, los afroperuanos.Es difícil de medir todo el daño que ha hecho Benavides para la imagen de los afroperuanos, originando múltiples casos de bullying en colegios y legitimando la humillación a cualquier afroperuano en la calle, el trabajo o el transporte público.
En Colombia, hace pocas semanas, el canal Caracol anunció que no volvería a presentar a un personaje similar, el Sargento Micolta, que era un actor disfrazado de afrocolombiano, debido a las críticas de las organizaciones antirracistas. Debe considerarse que, aunque también se mostraban estereotipos racistas, este personaje no era un delincuente, sino un integrante del Ejército. La actitud de la cadena Caracol es muy diferente del canal Latina, que se ha mostrado siempre arrogante para mantener personajes como el Negro Mama y la Paisana Jacinta. Aunque ahora no tienen un programa propio, todavía suelen aparecer en diferentes espacios.
Fuera por la influencia de los medios de comunicación o por la insistencia con que se transmite en nuestra socialización, el racismo está incorporado a la mentalidad de la mayoría de peruanos. Creo que por ello, encontrarse con desconocidos, en el transporte público, una calle peatonal, un mercado, puede ser una experiencia de mucha tensión, pues hemos internalizado una profunda desconfianza hacia los demás. Muchas personas se rehúsan a orientar a una persona extraviada o a dar la hora a un desconocido que tiene la piel más oscura, porque creen que pueden hacerles daño.
Yo le mostré mi pasaporte estadounidense y otras dos identificaciones, pero a sus ojos yo no era un ser humano, sino simplemente un delincuente negro.
Son muchos los padres de familia que evitan que sus hijos se expongan a algunas de esas experiencias (transporte público, mercados), buscando que ellos se mantengan en un ambiente “protegido”, lejos de la amenaza que otros peruanos representan. Resulta interesante apreciar que aún la gente que tiene los rasgos que suscitan discriminación reacciona de esta manera.
De hecho, los propios policías que se comportan de manera racista suelen tener rasgos que originarían que ellos también sufrieran discriminación, de no estar con el uniforme.Sin embargo, también se han producido ocasiones en las cuales, las personas intervenidas de clase alta han reaccionado violentamente, con insultos racistas contra los policías. Estas situaciones, que muchas veces han sido filmadas y mostradas en televisión, también han quedado impunes.
Ahora bien, los maltratos racistas pueden ser más frecuentes hacia otros responsables de la seguridad ciudadana, que son los agentes del Serenazgo. Ellos suelen tener condición económica más baja que los policías y en ellos predominan los rasgos andinos. El año pasado, cuando estuve capacitando a todos los serenos de Miraflores sobre los temas de racismo y discriminación, me impresionó escuchar sus recurrentes testimonios de malos tratos por parte de los vecinos. Normalmente, esto ocurría cuando el vecino estaba en falta, por estar mal estacionado, tener muy alto el volumeno beber en la vía pública. En esos casos, el sereno que intervenía, cumpliendo su labor, se arriesgaba a ser insultado y humillado públicamente. “¡Comes porque yo pago tu sueldo, serrano!” era una expresión común. Los mismos testimonios tienen serenos de otros distritos. Según algunos funcionarios, se han producido inclusive casos de serenos golpeados por iracundos vecinos.
Con frecuencia, los vecinos también piden al Serenazgo intervenir en contra de la ley, con una clara motivación clasista/racista, en relación a posibles “sospechosos”, que siempre eran de rasgos andinos. Inclusive, según varios serenos, había vecinos que llamaban cuando los trabajadores de Wong se sentaban en las bancas del parque para que fueran expulsados.
Lamentablemente, los prejuicios raciales pueden generar la muerte de la persona, al ser confundida con un delincuente. Si en los Estados Unidos esto ocurre a manos de la policía, en el Perú, esto puede producirse a manos de la propia población, en los linchamientos. No es casualidad que las personas asesinadas debido a estas irresponsables campañastuvieran estos rasgos, como ocurrió con Emerson Roque y Miguel Mauricio a quienes mató una multitud en Huánuco. Lo mismo ocurrió con Herald Pacheco en Chanchamayo, que fue brutalmente golpeado. Tener rasgos andinos o afroperuanos suele ser el principal criterio para considerar que se está ante un delincuente.
A fines de octubre, al conocer lo ocurrido con Craig Martin, los representantes de la Defensoría del Pueblo de Piura se reunieron con el General Denis Pinto Gutiérrez, el Jefe de la Región Policial, quien les señaló que no volverían a producirse los incidentes discriminatorios. Esperemos que la Policía Nacional reflexione sobre sus estereotipos, pero mas bien todos los peruanos deberíamos aprender a reconocer y a superar nuestros prejuicios.
Enviado por Javier Ballon S... (no verificado) el
Enviado por Miguel Pastor (no verificado) el
Saludos Wilfredo: eso fue todo ?? el Grl. PNP se limito a indicar que no se repetiría..?? y la Defensoría quedó conforme ?? es una situación absurda !! en principio estariamos frente a un concurso de delitos, agravado por la condición del agente, como tal, debió formalizarse una denuncia por Delitos de Discriminación, Coacción, Abuso de Autoridad; la actitud de ambos funcionarios deja mucho que desear y tiene como efecto negativo que estos agentes piensen que tiene libertad y actuar en el ámbito de impunidad..!! y no contribuye en nada a prevenir actos de discriminación...!! que mas alla de ser un delito, se trata de un tema de formación. un abrazo.
Ante todo un saludo y felicitación por lo expuesto a Wilfredo Arditto.
Lamentablemente hay mucha discriminación no solo física sino psicológica, gestual, etc. y lo peor que no se hace nada.
Cada dia vivimos en una inseguridad, estamos como en la selva, el que tiene plata, poder o mas fuerte hace lo que quiere.
No hay valores y eso tenemos que inculcar desde casa, escuelas, trabajo etc.
Hay mucho que hablar pero mas hacer y con ejemplo es importante.