Nada de Pilarcita

Nada de Pilarcita

Ernesto de la Jara Abogado. Fundador y exdirector del Instituto de Defensa Legal. Actualmente se desenvuelve como abogado independiente, profesor en la PUCP y especialista en temas sobre el sistema de justicia
Ideele Revista Nº 222

Murió Pilar Coll en la plenitud de su vida. Iba todos los días a trabajar, visitaba el penal de mujeres de Chorrillos una vez por semana, asistía a eventos, participaba del Consejo de Reparaciones, viajaba a España todos los años a visitar a su familia y –entre muchas otras cosas– atendía a un sinnúmero de personas que recurrían a ella buscando ayuda o algún consejo.

De manera sutil, siempre estaba arreglada (usaba colores llamativos y collares largos) y nunca dejaba de disfrutar con sus amigos de la buena conversación y el buen comer.

Estaba a mitad de camino entre los 80 y los 90, pero por su vitalidad podría haber vivido muchos años más. De hecho ella lo hubiese querido y hasta tal vez pensó que lo lograría. Pero así es la vida y la muerte.

El mejor homenaje que le podemos hacer es recordándola como verdaderamente era y apoyando sus luchas.

Fue de las que denunció las violaciones a los derechos humanos, cometidas como parte de la estrategia antisubversiva en las peores épocas de violencia. Y lo hizo dando la cara, en voz alta, arriesgando y sin importarle que la acusaran de todo.

Ella solía decir –citando al poeta Gabriel Celaya–, que para defender auténticamente los derechos humanos  había que estar pendientes de “que no se nos haga callo ni en el alma ni en las manos” (Revista Ideele, n°113). 

Obviamente, su punto de partida era la condena clara e inequívoca del terrorismo. Es por eso que estaba preocupada tanto con la participación de muchos jóvenes en el Movadef, como con la manera en que desde el Estado se enfrentaría el problema.

Ella y Lanssiers compitieron por quién sacaba a más inocentes de la cárcel. En la misa el día de su entierro, un indultado contó que si no fuera porque Pilar creyó en él, hubiera pasado el resto de su vida en la cárcel, ya que su ayuda fue decisiva para que se le levantara una injusta condena de cadena perpetua. Recordar a Pilar es entonces proteger a los inocentes indultados contra las amenazas que hoy nuevamente se levantan contra ellos por razones políticas.

Estaba también del lado de la lucha contra la impunidad y por reparaciones dignas para las víctimas.

No solo creía que las condiciones carcelarias debían ser mejoradas para todos, sino que se oponía –sin importarle el qué dirán– a la eliminación de los beneficios penitenciarios en general. También a que se ponga en cuestión la libertad de quien ya haya cumplido su pena, y sin importar quién sea.

No hay que soslayar, tampoco, que Pilar no pertenecía a la Iglesia Católica de salón y parafernalia dorada. Ella era de la Iglesia sencilla, de la que pretende estar cerca de la gente, de la progresista, de la hoy perseguida. Y por ello expresaba abiertamente su indignación contra medidas como la adoptada contra Gastón Garatea.

Fue una mujer de gran sensibilidad social y de una austeridad que podría ser calificada hasta de exagerada, aunque se tratara de una opción vinculada a una religiosidad excepcional. Habitualmente risueña y cariñosa, podía ponerse furiosa y durísima. No tenía ningún inconveniente de hablar mal de quien ella creía que se lo merecía, ni hacía espíritu de cuerpo con nadie. Si alguien cercano incurría en algo incorrecto, inmediatamente se lo decía, y sin ningún tipo de contemplaciones.  

Fue una activa defensora del informe de la CVR –no por fundamentalista–, sino porque sabía que su desprestigio es la estrategia con la que hoy los fujimoristas y sus aliados pretenden recuperar terreno. Sabía, además, que lo que está en disputa en torno a él no es poca cosa: dos maneras opuestas de entender el pasado, presente y futuro del país, con sus respectivas consecuencias prácticas.

Pilar Coll: coherencia. Una virtud cada vez más escasa y difícil de mantener en un medio en el que prima –y hasta se valora– la metamorfosis por deshonestidad, oportunismo, conveniencia o miedo.

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Conocí a Pilar de lejos,

Conocí a Pilar de lejos, desde sus actividades y opiniones, era un ejemplo a seguir como cristianos consecuentes, pero duele el poco reconocimiento de una sociedad como la nuestra que puede homenajear cualquier cosa pero no la lucha por los verdaderos derechos humanos,la prensa casi la evitado al fin cuestionada por ella, puse el tema en facebook con poco eco, ¿será que no nos importa la gente que vale? será que "yo soy" o "al fondo hay sitio" tienen mas importancia para nosotros?, al fin lo importante es que por lo menos un buen grupo si y eso nos da esperanzas, si es posible esa otra sociedad, justa, libre y solidaria.

Pilar ha sido uno de las

Pilar ha sido uno de las baluartes visibles de ese iglesia que empezó Jesús de Nazaret, de la que tiene por principio la solidaridad con el pobre, la compasión con el sufriente, la coherencia frente a la hipocresía, el servicio en lugar de servirse... La suya fue una vida que vivió el Evangelio a cabalidad: fue buena noticia para muchos, y sigue siendo luz que alumbra en las tinieblas del subterfugio. ¿Cómo no creer en Dios....gracias a Pilar? No la harán "santa" oficialmente, pues los patrones de santidad que vivió son otros... son los del santo por antonomasia, Jesús de Nazaret.

Con tristeza inmensa y desde

Con tristeza inmensa y desde lejos, me uno al homenaje a Pilar. Un honor haberla conocido y haberla visto trabajar sin ningun reparo en defensa de los derechos humanos en el Peru. Su pasion y cariño por el Peru, su coraje, compromiso y simpatia seran siempre fuente de inspiracion para todos aquellos que trabajan por los derechos humanos. Se fue temprano. Su energia, su alegria y entusiasmo quedaran connostros siempre.

Nuestra querida Pilar, a

Nuestra querida Pilar, a fines de 1989, siendo secretaria de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, nos convoco a un grupo de instituciones comprometidas en el tema de Derechos Humanos entre ellos Unicef, Radda Barnen, Amnistía Internacional, Comisedh, ANC, Manthoc,Tacif, Cotadeni, y otros mas a trabajar por la firma y ratificación de la Convención de los Derechos del Niño, recuerdo que nos dio una alocucion sobre la importancia de trabajar en esta linea y de lograr esta firma y Ratificación, así lo hicimos y es que bajo su auspicio, nos constituimos como GIN, el Grupo de Iniciativa Nacional por los Derechos del Niño, una Red de organizaciones a nivel nacional que trabajan los diferentes temas de infancia, por eso desde el GIN decimos: ¡Pilar presente!.

una vida al servicio de los

una vida al servicio de los demás, totalmente comprometida con sus principios. Suertudios quienes hemos gozado de ella en su diario vivir. Mi corazón está triste por su partida, es una gran pérdida para nuestro país, pero nos deja modelo de conducta. Gracias Pilar querida.

CONOCI A PILAR HACE MUCHOS

CONOCI A PILAR HACE MUCHOS ANOS Y DUELE SU PARTIDA. NO HAY MEJOR HOMENAJE QUE SEGUIR LO QUE ELLA NOS DEJO: EL APRECIO POR LOS DEMAS, LA DEFENSA DEL DERECHO DE LAS PERSONAS, DE LA FE EN LOS OTROS POR ENCIMA DE SUS DIFICULTADES Y DE LA VIGENCIA DE LA MAYOS ASPIRACION HUMANA, LA LIBERTAD.

Sinceramente, conmociona la

Sinceramente, conmociona la muerte de una mujer amante de la verdad y la justicia, sobre todo de los derechos humanos. Creo que el mejor homenaje es asumir la responsabilidad de seguir luchando contra los perversos abusos de poder y del derecho, y la corrupción e inmoralidad en la administración pública, que vulneran los derechos de la población indefensa que vive en situación de pobreza no obstante el "crecimiento económico"

Conocí a Pilar en 1967,

Conocí a Pilar en 1967, cuando yo estaba en el colegio y cuando llegó en barco de España con María Teresa Achótegui y una compañera, para dirigir la Escuela de Servicio Social Filial Trujillo de la PUC. Compartí cinco años de fructífera convivencia con ella y fue una vida llena de aprendizajes, de vivencias inolvidables. Vivíamos en Progreso 159, en Trujillo y compartíamos ideales, fe y práctica vinculada a UNEC y otras labores. A la casa llegaban muchos amigos de Pilar, a quienes yo iba conociendo con asombro y con admiración. Bebí de Pilar la fe inquebranable en la opción por los pobres.
Recuerdo con nitidez las visitas del Padre Pedro de Guchtenere, de Don Gustavo, de los hermanos Pastor, del padre Lansiers, de las amigas de Maryknoll, de Rolando Ames,y tantosotros.... los almuerzos con Eduardo Borrel, Lucho Sauto y Pope,,,, tres sacerdotes españoles que trabajaban como obreros y tantas otras personas. Cómo no recordar su entrañable amistad con el padre Fernando Rojas.... y con tanta gente, que la buscaba para recibir de ella lecciones de fortaleza, amor por los pobres y los más necesitados tanto mateial como espiritualmente. Su trabajo en UNEC fue extraordinario.
Su alegría, su entrega, su inquebrantable fe, me marcaron, y cuando tuvo que dejar la Escuela de Servicio Social, se convirtió en alfabetizadora, en cuyo trabajo se acercó más aún a los necesitados..... Cuando fue a Lima, nos ayudó a la CODEHFAD (Comisión de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la UNT), desde donde impulsamos un trabajo carcelario, que ella ya había iniciado en Lima junto a su labor en El Agustino.
Pilar siempre será un referente singular, un espejo donde los cristianos nos podremos mirar y encontrar en esa imagen, la fuente prístina para beber ánimo, alegría y entusiasmo por servir a los pobres.
Hoy desde mi trinchera de la impartición de justicia, trato de poner en práctica lo que Puilar con su pedagogía de amor me enseñó, trato de calmar la sed de justicia de tantas y tantos excluídos.
Nada mejor que seguir su mensaje y como dice Ernesto de la Jara, apoyar sus luchas.... Wilda

También tuve la alegría y el

También tuve la alegría y el honor de ser amigo de Pilar, y de compartir los buenos y malos momentos que pasamos en la vida tratando de ser consecuentes con el evangelio y con el cambio de nuestro país. Cuántas veces llegaba a su casa tarde en la noche, después de trabajar, y no la dejaba descansar hasta recibir las palabras de sabiduría y aliento que necesitaba para seguir adelante.
Desde el cielo, donde estás querida Pilar, sigue siendo ese faro que nos ayude a continuar en nuestros respectivos trabajos y esfuerzos para acompañar y continuar la labor que desplegabas entre nuestro pueblo.

Entrevista